Florentino

Convivir con la mentira

27 enero , 2015

El demencial discurso de Bartomeu en RAC1 nos ha dejado una fuerte nostalgia de aquel quinquenio en que los medios florentinos vivían para ensuciar la monumental obra del Barça de Guardiola. Ya saben, esos días de mentiras diarias en que las doce agresiones por partido de Arbeloa se equiparaban al pelotazo de La Bestia Parda a la grada, esa época de realismo mágico en que el villano era Busquets por exagerar una hostia recibida y no Mourinho por agredir desde la banda y en cada rueda de prensa; ese relato en que el Barça era la consecuencia lógica de las hormonas de Messi, el dopaje del equipo, el soborno de árbitros y las conspiraciones de la UEFA; aquel tiempo bizarro en que el Barça aburría pero los del Tiki-Taka, con nueve azulgranas y sin Messi, hacían arte. Nunca vivimos semejante avalancha de propaganda y mentiras.

Como sabrán, toda aquella gente no se ha ido a su casa. Mourinho se fue, sí, y llegó el sensato Ancelotti, demostración viviente de que Florentino erró con Del Bosque. Pero la brújula de La Banda sigue estando en manos de quien estaba y la intoxicación ha continuado. Ahora tienen nueva presa. Si antes se trataba de decir que el Barça 2008-2012 era el Sestao, ahora la cuestión es que el tal Cristiano Ronaldo es mejor que Messi. La cosa es asombrosa porque a Messi se le compara con Maradona y Pelé, y al portugués, con La Bestia Parda. Pero amigos, no hay como tener muchos ultras con poca vergüenza y el suficiente número de micrófonos. 

Ustedes y yo y todo cabestro que haya jugado diez minutos a fútbol sabe que los goles de CR7 se los ha visto marcar a cualquier cafre que chute fuerte (no con esa frecuencia, claro, ni con ese encomiable espíritu competitivo, pero a fin de cuentas hablamos aquí de un rematador de cabras como Jardel o Papin que esté  permanentemente en racha), mientras que cualquiera que haya jugado a esto alguna vez sabe sólo con ver trotar a La Bestia que nunca estará a ese nivel y que es un elegido que juega en otra dimensión. Qué más da. Ya habrán oído que Messi vomita y tiene arcadas (que debe ser un delito) y Cristiano salta mogollón y es Dios y se folla a la Shayk

Parte de la campaña orquestada por estas astutas mentes pasa por haber creado un hexasílabo, el disruptivo Me-ssi-y-Cris-tia-no. Acojona, ¿verdad? Poniendo un nombre al lado del otro cabe pensar que sus virtudes son equiparables, que hablamos de términos intercambiables. Puede ser: prueben con otros hexasílabos: Xa-vi-Pi-zo-Gó-mez, Ney-mar-To-rres-Mes-tre. Funciona, sin duda. El torrente de mentiras ha sido tal, sin embargo, que en ocasiones cuesta distinguir las verdaderas barbaridades. En este rincón, vocación de servicio y envilecimiento a partes iguales, hemos rebuscado en el contenedor de clozapina, prozac y MDMA hasta dar con tres perlas de Jorge Mendes que pueden considerarse las madres de todas las barbaridades: 

  • Febrero de 2014: «Ya es el número uno de la historia». 
  • Diciembre de 2014: «Es el mejor de la historia del fútbol (…) Será imposible que haya alguien igual en el futuro (…) La diferencia entre él y el segundo es abismal». 
  • Nuestra favorita, de enero de 2015: «Cristiano es el mejor deportista de siempre (…) Con 16 años ya era el mejor de la historia». 

Dos certezas se abaten sobre nosotros. La primera, que no es posible luchar contra la catarata desinformativa de los fanáticos con micrófono y que hay que habituarse a vivir entre patrañas. Y la segunda -larga vida a El Serio- que hay gente con problemas severos con la que no vale la pena discutir. Hagan click sobre esta maravilla y abracen al próximo que les venga con el puto hexasílabo, compadézcanle, denle una palmadita y piensen que «no parese el tipo de persona que llega holgadamente a fin de mes». 

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