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La ‘diagonalinha’

20 noviembre , 2016

Hay personas que dedican el domingo a acercarse al túnel de lavado, otras se entregan a los estupefacientes y las hay incluso que, a pesar de haber tenido un sábado negro de manual, le cantan a la vida, les ha dado tanto. Es nuestro caso, yupi.

En efecto, creemos que el Barça 0 – Málaga 0 de noviembre de 2016 caerá en el olvido sin más dramas. Piensen que el único pájaro a quien de verdad le preocupa el fútbol que se disputa en otoño, en el infame y crepuscular otoño, es el amigo Sex. Además, si hay algo de lo que uno esté dispuesto a hablar del frustrante bodrio de ayer es únicamente el sombrerito de espaldas de Neymar en un córner. Eso nos ha hecho pensar.

De los tres fueras de serie de la delantera del Barça, La Cresta Parda es el que hace unos regates más soberbios. No parecen salidos del campo del fútbol, sino de un duelo de hip hop entre maras nicaragüenses, y son de una belleza estética sólo a la altura de su dificultad. No cuesta imaginar la tríada que obtendría Mathieu de intentar alguno de sus movimientos. Al lado del astro brasileño, Messi y Suárez tienen un modo de dejar atrás rivales muy distinto: La Bestia parece proyectarse hacia la portería en línea recta y con la aplastante infalibilidad de la ley de la gravedad, ley que sólo él desafía a mayor gloria de la messilina; su amigo uruguayo dribla con un hambre voraz que no admite demoras ni adornos y que, en sus días mejores, ha dado en genialidades como el culocaño.

Pero Neymar también tiene su regate Abanderado Basics. Es ese dribbling del que no presume y con el que no liga, que cuesta encontrar en Youtube, que le ha sacado de tantos apuros. Es la truiteta del dilluns que no tinc res a la nevera, el tedioso paseo al cajero a por 20 euros salvadores. La cuestión es que el camino más rápido entre dos puntos es la línea recta. Como reconocido trigonómetro que es, Neymar sabe que en los duelos que se dirimen por una milésima conviene evitar ángulos y circunloquios y que nada mejor que tirar recto, o mejor dicho, en diagonal hacia la portería. A este conocimiento suma su cuerpo de anguila, ideal para superar hachazos y obstrucciones.

Con todos ustedes, la diagonalinha.

En efecto, amigos, lo que le hace en dos ocasiones al amigo Danilo es una diagonalinha de manual. Toque simple y dirigido a la portería para dejar atrás al rival. Especialmente venenoso es el segundo: cuando no parece que el hombre pueda acelerar más, pum, ahí está el toquecito asesino para encarar portería y dejar vencido al defensa.

Idéntica proeza hizo en este partido de Champions. Con la portería franca y el portero a tiro, opta por la diagonalinha para dejar fuera de combate al desesperado central y quedar ante 180 grados de portería.

Y qué me dicen de este bellezón, que computa doble al habérselo hecho a su buen amigo Mascherano.

Pero puede que la más perfecta que le hayamos visto la hiciera ante el Bilbao, en una acción en que regaló el gol a Rakitic y en que de nuevo hizo dos veces ese temido regate en que grita «¡El barroco fue un truño!» y se pira directo a portería. En fin, amigos, no me lloren que estamos en otoño y en este momento del año sólo los verdaderos mónguers se toman la vida demasiado en serio. Al resto, nos queda el fútbol.

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