Los nuestros

Numeritos de nada

16 junio , 2019

El fútbol, esa microcirugía donde un nanómetro es la vida, nos acercó este año a un nuevo triplete, nos acercó tanto que lo olimos, que imaginamos ya el póster de La Bestia Pardo alzando la copa más grande con el brazalete. Y nos mecimos en esa imagen asombrados por su temporada antológica, antes de que se fuera todo al traste. Y con el luto, la estupefacción y la furia. Y la certeza del hecho biológico de la plantilla, y de las hipotecas de las vacas sagradas, también la hipoteca de tener una directiva futbófoba y una planificación de plantilla demencial. La furia y las pocas respuestas al azar futbolero, al destino. La consciencia de que tampoco merecimos superar al Liverpool en esa eliminatoria decisiva, aunque la suerte de la ida nos acercara a tan pocos milímetros del éxito.

Los numeritos, es sabido, no cuentan grandes cosas, pero conviene atenderles. Messi destroza su registro de un año atrás, con idénticas asistencias  y siete goles más. Y Dembélé se queda con los goles que dejó un Suárez que llega a lo más alto de los asistentes del equipo. Coutinho certifica su decadencia logrando menos goles y asistencias que un año atrás, cuando jugó de azulgrana a penas cuatro meses. Fruto de la barbarie de la secretaría técnica, del entrenador, del representante del entrenador, de quién sabe cuántos directivos, el quinto goleador del equipo no ha sido un delantero suplente (Alcácer), sino el amigo Piqué.

Y ay, la defensa. Tantas pajulis que nos hemos hecho y resulta que en un año hemos pasado de 42 goles encajados a 56. Y uno no se lo explica, porque Ter Stegen ya tu sá, Piqué es Guifré el Pilós, y Lenglet perfecto, y Arturo Vidal aporta sacrificio y tal y cual y pim y pam. 56 goles encajados, me cago en dios. Acabo el año el Barça con un saldo de goles (los marcados menos los encajados) de +82, el peor dato desde 2010 (no me hagan remontarme, pero la cosa huele a gaspartismo). Quizá el asunto responde al lento adiós a la brillantez de antaño que hemos emprendido, a la renuncia a mandar, a atacar menos. Resultado de esta desfutbolización del equipo es la triste intervención de la medular, que se ha visto en la mayoría de partidos y que avalan las estadísticas.

Sí conviene recordar que en el último año de Tito, el equipo encajó 66 chicharros, en el último de Luis Enrique, 58. Los peores datos aparecen al final de la etapa del entrenador, anunciando ya el cambio en el banquillo ¿Y qué pasa en el reino del estupefaciente? Nada, joder, aquí no pasa nada, all is good, amigo. Y eso con el agravante de que la plantilla ha envejecido y que igualamos el peor registro goleador des de 2010, con 138 tantos. ¿Ha dimitido alguien? ¿Se ha anunciado nuevo entrenador? ¿Han dado explicaciones los 25 responsables del club que presuntamente mandan? ¿El presidente, al menos? ¿Se han anunciado ya las bajas de cinco titulares?

La nada amics. Los numeritos de la nada.

 

Trofeo Hleb (máximo goleador)

Messi 52

Suárez 25

Dembélé 14

Coutinho 11

Piqué 7

Rakitic 5

Malcom 4

Jordi Alba 3

Arturo Vidal 3

Munir 2

Denis Suárez 2

Lenglet 2

Aleñá 2

Rafinha 1

Semedo 1

Sergi Roberto 1

PP 3

 

Trofeo Gabri (mejor asistente)

Suárez 19

Messi 19

Jordi Alba 15

Rakitic 8

Dembélé 8

Sergi Roberto 7

Arturo Vidal 7

Coutinho 4

Semedo 3

Arthur 2

Piqué 2

Umtiti 2

Busquets 2

Malcom 2

Munir 1

Riqui Puig 1

Denis Suárez 1

 

Trofeo Barjuan (cagadas con resultado de gol en contra)

Piqué 14,66

Lenglet 7,66

Sergi Roberto 6,5

Jordi Alba 5

Semedo 4

Ter Stegen 3,33

Busquets 2,5

Vermaelen 2,5

Cillessen 2,5

Umtiti 1,83

Arturo Vidal 1,5

Moussa 1

Dembélé 0,5

Rafinha 0,5

Messi 0,5

Boateng 0,5

Luis Suárez 0,5

Rakitic 0,5

Chumi 0,33

Miranda 0,33

Murillo 0,33

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