Actitud

Busquets VS Deco

26 septiembre , 2019

El pánico, la desolación, el grito. Vimos la humillación de Granada, vimos a esa aguerrida gente pasarnos por encima con el vetusto método de correr mucho y esperar a la incompetencia habitual de nuestros fichajes. Vimos nuestros desastres vascongados, también, y la triste rutina del Villarreal. Y hemos asistido al relato histérico de estos días pero tenemos que discrepar: no, amigos, esto no es 2008.

Igual lo recuerdan. Una plantilla que en esencia era la misma que había ganado la Liga de Campeones en 2006, que había ganado dos Ligas seguidas para perder la tercera por un gol y que tenía en sus filas a campeones de leyenda como Ronaldinho o Eto’o. Y va y se les añade, ni más ni menos, aún recuerdo esa violenta explosión en el estribor del calzoncillo, Thierry Henry (sí, el que luego sería un fraude majo, pero no es objeto de este raconet meterme ahora con Titi).

Desde que asomó el nombre de Griezmann, pensamos en este agujero que ay, ay, ay, que la ilusión por el Principito recordaba demasiado a la que sentimos por su compatriota. Y será el tiempo el que nos dé o quite la razón, pero ya saben que si el charco nos parece lo bastante pútrido, aquí nos revolcamos con gusto. Y proclamamos: no es esto 2008, no será este año una mierda tal que hubimos de crear esta sala de venopunción llamada Caverna. No lo será, y les cuento.

¿Recuerdan ustedes cuáles fueron los motivos de aquella caída? Pues que el equipo estaba aburguesado y saciado. El núcleo duro, el clan de la caipirinha, salía por las noches con un vigor comparable sólo al de algunos Erasmus especialmente dementes. Y sí, el entrenador estaba en una posición de debilidad porque sentía que le debía todo a sus jugadores y no quería ser él quien les enterrase en vida. Añadamos que aquel año de calamidad, cuando se pusieron los cimientos de la locura del guardiolismo, ya veníamos de un año de mierda de no ganar nada.

Llama la atención que en aquella horrorosa 2007-2008 no había enfrentamiento alguno entre jugadores y directiva: Laporta les trataba como a hijos putativos y todos se sentían marineros invitados a aquella gran juerga final a bordo de un barco que, era sabido, se iba a pique. Ademá, tampoco puede decirse que se hubiera fichado mal: llegaron aquel verano un tal Touré, y Abidal, además de Milito y el ya mencionado Henry.

¿Dónde estamos, pues, ahora? En muchas cosas, en idéntico lugar. En algunas, incluso peor. Resulta imposible imaginar un vestuario más saciado que el actual. Puta vida, pero eso es así y llevan años desayunando cochinillo y almorzando entrecot. El entrenador está en posición de debilidad respecto a los veteranos del equipo, de nuevo. Y ocurre, como agravante, que hay mal rollo evidente entre varios pesos pesados y la directiva. Está lo de Neymar, bueno. Está lo de Busi, no debe ser fácil cabrearle. Cuentan por ahí que hay futbolistas que se permiten incluso no saludar a los directivos cuando se los cruzan: que se sepa quién manda.

Pero amigos, hay dos temas diferenciales. El primero, que este equipo no viene de una dinámica perdedora. Viene de ganar una Liga con superioridad aplastante y viene de quedar a milímetros de llevarse la Champions: los milímetros que hicieron que Dembélé y Coutinho fallaran estrepitosamente ante Allison. También llegó brillantemente a la final de Copa, que perdió del puro disgusto europeo. La dinámica no es la de 2007, cuando el Barça venía de perder títulos literalmente a puñados después de haber estado en lo más alto.

El segundo tema diferencial es la madera competitiva y la honradez del actual núcleo duro. No caeré aquí en la horrosa y nefasta y traidora barbaridad de comparar a Ronaldinho, que aguantó cuatro años en lo más alto, con La Bestia Parda, que acumula 12. No haremos tal mierda. Les puedo llegar a comprar que de Márquez a Piqué igual no media tanto trecho, habida cuenta de sus gustos, pero amigos, el argumento al que nos aferraremos hasta en los días de mayor pesimismo y griterío se llama Sergi Busquets. ¿Saben ustedes quién es? ¿Creen que se parece en algo a Deco?

No amigos: tengan paciencia, que en dos semanas ya habremos hecho la pretemporada, volverá la auténtica Bestia Parda y, con suerte, Valverde habrá comprendido que sólo uno de los tres centrocampistas titulares pueden descansar simultáneamente.

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