Champions

Griten mamá

13 agosto , 2020

«Un país anda mal cuando tiene que ahorrar en pañales»

William Shirer, Diario de Berlín

Asumamos que los tiempos en que llegábamos a los cruces de Champions montados en el caballo de Atila quedan lejos. Los tiempos han cambiado y ahora lo nuestro es mirarle los tríceps a Lewandowsky, aprendernos en nombre de los ocho extremos superiores a los nuestros que tiene el Bayern, de celebrar que no sé quién tiene una pequeña molestia muscular, de admirar a ese portento de Kimmich.

Pero precisamente por ese aiaiai y por ese transitar por la competición como un camión lleno de ancianos moribundos en una carretera de baches mañana tenemos una noche para disfrutar de hora y media de tierna infancia. Si el Barça de Guardiola nos hacía sentir Gengis Kan en plena orgía de sangre, el actual nos transporta al asilo y al óxido articular. Pero rueda el balón en Champions y súbitamente aparecemos en un rincón de inocencia, de olvido de la hostilidad del mundo, de ignorar que aquí ocurren cosas horrendas por obra y gracia de nosotros, los humanos. mañana viajaremos a un rincón donde por muchas liadas que perpetres, al final llega mamá y te salva.

Y mamá, ya lo saben, y más lo saben en Nápoles, tiende a tener 10 minutos muy salvajes, capaces de hacernos olvidar hipotecas, jefes, cuentas corriente en negativo y cardiopatías. Mamá acudirá porque conocemos su cara de androide y porque esta semana ha visto volar a su sucesor y porque en general está cabreado con un deporte que le debe cosas.

En este rincón no somos dados a la prudencia, ni a la sabiduría ni a la ambigüedad falsaria. Y mucho nos tememos -y nos avergonzamos, pero no podemos evitarlo- que creemos que sí, que mañana pasaremos vergüenza, y sí, nos atropellarán, y sí, eliminaremos al glorioso Bayern campeador de las Bavarias. Porque el alma competitiva del vestuario de antaño ha derivado en el gen superviviente de hoy. Porque en ese equipo conocen y tienen reciente, el significado de las palabras vergüenza, fracaso y derrota. Porque los hay que lloraron en Liverpool. Y porque el Bayern llega con dos títulos ya bajo el brazo; aparecer en unos cuartos con dos títulos bajo el brazo es como encontrarse una orgía en el dormitorio cuando uno viene de aliviarse en el lavabo.

Somos viejos y nos duele todo, igual mañana acabamos el día en el hoyo. Pero es Messi en unos cuartos de final de Copa de Europa. Créannos, hay alguien en esta película que ha venido corto de pañales. Créannos, mamá proveerá.

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