Héroes

Demolition Man

26 septiembre , 2020

Fue un nueve contracultural. Demasiado tórax, demasiada cadera, disulpen, demasiado gol. Los grandes delanteros centros del Barça DC resultaron ser artistas de la virguería como Romário, animales desbocados que podían iniciar la jugada a 50 metros del área como Ronaldo, centellas capaces de tirar mil desmarques como Eto’o. Hasta que llegó el uruguayo.

Pendenciero, ariete puro y duro, artista de la marrullería y funambulista de la roja directa, no parecía un tío para nosotros. Eso sí: tuvo la virtud de volver a mandar a Messi a la banda tras sus años de orgía goleadora y ahí, en la corona del área, raro era que no fijara a un par de tíos para liberar a sus brothers in crime en el mejor trío atacante que hayamos vistoEn eso, más parecía un pívot de los Pistons de finales de los 80 que un delantero con problemas de diván.

Luis Suárez, el segundo de su estirpe, sí ganó la Champions de azulgrana. Ni Luis Suárez el Primero, ni Romário, ni Ronaldo lo lograron. Para los amantes de decidir a los mejores de la historia, Eto’o ganó dos, aunque seguramente no tenía su repertorio.  Suárez fue, no hay duda de ello, el mejor rematador que hemos visto con la camiseta azulgrana. Sus voleas, medias voleas, tijeras y chilenas quedan en la retina. A un delantero de época del Barça le podemos exigir belleza, y con el uruguayo la tuvimos a toneladas: sus goles no eran de empujar, sus goles eran un manual de la distancia que hay entre nosotros y un profesional. Y conviene recordar: rozó los 200 en seis temporadas, sin contar su sanción ni las lesiones de sus cada vez más castigadas rodillas.

Pero para medir la categoría real de esta superestrella hay que conocer un dato decisivo: ni Xavi, ni Iniesta, ni siquiera Alves o Neymar; es él quien dormirá eternamente en los libros de fútbol como el mayor asistente del más grande futbolista de todos los tiempos. Nadie le dio tantos goles a Messi, aunque coincidieran sólo seis temporadas.

Esa combinación de hambre, calidad y fuerza es una cosa que sencillamente no habíamos visto antes. Tampoco vimos a un delantero azulgrana meterle cinco en un año al Mal. Expliquemos a Suárez, ya en el panteón de los más grandes, en nueve momentos. Démos el pésame al desgraciado que luzca en adelante su dorsal. Y disculpen, se nos ha metido una biga en el ojo: se ha ido el nueve de toda una vida.

IX. Ni una volea por encima del larguero, porque así era el mejor pistolero de su tiempo. 

VIII. Chilena con la zurda. Sólo para elegidos. En total metió cuatro, una más que Rivaldo. 

VII. Cosas que no creeríais.

VI. Vaselina en Anoeta. Éste no lo metió CR Fraude.

V. Alguien tenía que bajar al Espanyol a Segunda. 

IV. Hay que ganarle la Liga a Oblak y los Cholitos. Desde aquí. 

III. Era para Neymar, pero así es el hambre: te deja en el póster.

II. El escudero perfecto: nunca olvidemos lo que le hizo a Nacho para lograr ese alarido.

I. Más grande que la FIFA. El gol más grande. 

 

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