Héroes

La muerte del fútbol

8 diciembre , 2020

Oh, mamma, mamma, mamma, 

Oh, mamma, mamma, mamma, 

lo sai perche’ mi batte il corazón? 

Ho visto Maradona, 

Ho visto Maradona, 

e, mamma, innamorato son!

Una veintena de hombres sudados gritan y enloquecidos en el vestuario de San Paolo, en Nápoles. Para todos será el momento  más feliz de su vida. No es para menos. Lo que está ocurriendo tiene resonancias históricas: el Nápoles, campeón de Italia. La televisión ha entrado en el vestuario y toma imágenes. Y en esos instantes cruciales, en ese breve paseo por la eternidad que se concede sólo a algunos mortales, cuando debían cantar un alirón y gritar una sola consigna, eligieron ésta. Ho visto Maradona, innamorato son.

 

Es una imagen icónica. Sus compañeros del Nápoles fueron sólo un puñado más dentro de la legión de mortales que ha idolatrado a Maradona. ¿Por qué esa fascinación universal? Claro, su zurda. Claro, México ’86, el gol de goles a Inglaterra. La falta indirecta a la Juve. El lustro en que dominó este juego con sus regates, con esa aceleración que sólo tienen algunos locos. Pero Platini, en sus años, también fue una cosa muy seria. Y Van Basten, Beckenbauer, Romário. Rivaldo.

La pregunta sigue ahí: ¿por qué le quisimos tanto?

Seguramente el hechizo de Maradona nació de que en un mundo sobrecargado de códigos, con él bastaba con verle un instante para entender todo: talento salvaje. Alegría sin límites. Carretera y speed.Un niño volando cuesta abajo en su bici. No había trampa, ni distancias, ni barreras. Veías el trote de ese improbable físico de atleta y resolvías el enigma. El amor por el fútbol, la emoción de la noche. Con una mirada descifrabas su origen de barro y su destino de estrella. Maradona era runa y profecía. Su melena trascendía a fonemas y monemas. El diez de su espalda no era símbolo, era ente. Y no lo neguemos ni un segundo más: no era el sacerdote de ninguna religión: era dios. Su estampa es la que elegiría la humanidad si en una nueva Altamira hubiera que simbolizar con cinco trazos lo que fue el fútbol.

 

La verdadera historia de la foto de Maradona contra Bélgica - Periodismo . com

 

La fuerza icónica de Maradona fue tal que cada foto era un póster. En Maradona convivieron Apolo y Dioniso. Imposible tanta virtud y tanto vicio, imposible semejante concentrado de humanidad, de fútbol. Con su nombre de Virgen, Maradona comparte honores en el Olimpo de los cinco grandes de siempre siendo seguramente el más querido de los cinco: tres procedieron de un mismo país, y en ese país, no hay debate.

Maradona: la frase de la historia del fútbol. Un talento único para lanzar frases esculpibles. Con esa épica del barrio, con Víctor Hugo Morales, Dios santo, quiero llorar, Maradó, Maradó, los murales de Nápoles. Maradona, nunca antes en el fútbol un hombre fueron todos los hombres.

Al luto universal que dejó su adiós, a esa admiración sin límtes, hay que encontrarle una cuarta pata. Maradona se cagó en todos los establishments, y en un mundo en que la meritocracia corre peligro, él fue Cebollita en la cumbre y metió a Villa Fiorito en el palacio. Nunca dejó de escupir a cuanto pollavieja se le pusiera a tiro. El Maradona de España, qué feo comparar, sería don Rafa Nadal, y se ha dedicado desde siempre a todo lo contrario: a apuntalar a cualquier poder reaccionario y militante de la religión de las elites contra las turbas. De un deportista, de alguien que se bate de igual a igual, tan conectado a Sísifo y a las glorias terrenales, cabría esperar más.

Suerte de Maradona. Imposible alguien tan humano y alguien tan divino. Si eleváramos a la ene todas nuestras virtudes y defectos, nos saldría él, el dios de la vaselina en el Pequeño Maracaná, el meme del mundial de Rusia. Un sátiro desnudo persiguiendo ninfas, el genio que empotró a Juan José en un palo, la primera víctima del roñoso, asustadizo e infame nuñismo.

Maradona, centenares de miles de pósteres, de anécdotas, de escenas, de alaridos. El luto universal que nos deja es el del brindis por el fútbol. Pero no todo iba a ser triste: hasta el último día podremos decir ho visto Maradona.

La muerte de Diego Maradona en 37 portadas de diarios y revistas del mundo - Infobae

 

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