Neonuñismo

Sociedad civil

19 noviembre , 2014

Ernest Folch escribió la semana pasada sobre el naufragio de la junta que gobierna el club y lo hizo con un dardo tremendo: «No se conoce ninguna figura relevante de la sociedad civil que respalde explícitamente al Barça oficial». Lo que dice sería tremendo si fuera cierto, pero no lo es: resulta científicamente imposible que en el Barça, universo de trincheras, inquinas y odios vecinales, Puerto Hurraco con millones de Izquierdos y Cabanillas,  faltaran tótems para dar apoyo a causa alguna, por lamentable que ésta fuera. También hay referentes morales que apoyan a Bartomeu. Y en este rincón, amor a los colores, vocación de servicio e inclinaciones parafílicas, hemos querido recordar a una decena de ellos. Ellos son los satisfechos:

 

Migueli

Migueli. El bigardo ceutí representa a muchos. A los brutos y a los que creen que con la violencia se avanza más que con tacto. A los nostálgicos que añoran las penurias y a quienes cada día nos acordamos de Freddy Mercury y su mostacho. Representa también a quienes nunca han entendido el Barça como experiencia estética y a los que han sobrevivido heroicamente a una fractura de clavícula. Este agreste central es también un símbolo, digámoslo claro, para los poco dotados de talento. Y Migueli no es sólo eso: también es un referente por su insólita muletilla. Migueli, en suma, es un canto al ascensor social, a las políticas de redistribución, a la integración.

 

Cardu

Cardoner. Ustedes aducirán que no deberían incluirse aquí a los directivos, pero teniendo en cuenta lo dividida que está la Junta, créanme, es destacable que el responsable de las penyes apoye a Bartu. Cardoner, también símbolo: símbolo de la Catalunya pactista, símbolo de cierto culebrismo catalán. Dicen de él que es descendiente de Casaus, un señor que pactó con Núñez después de haberse presentado a unas elecciones donde le acusaban de querer dividir voto y pactar con el ganador. La leyenda dice que el entrañable Nicolau afirmó entonces lo siguiente: «Mire, yo no le engaño. Yo no pacto con nadie. Quiero ser presidente y estoy luchando por ello. Si me alío con alguien usted podra decir que soy un porc. Y lo demás también podran pensar, con razón, lo mismo». Adivinen: Casaus concurrió, dividió el voto no nuñista y a los cuatro días subía a bordo de unas oficinas en la calle Urgell a cobrarse lo suyo. Cardoner, referente también para los seres amarillos y orejudos, no tiene culpa de los desmanes de su pariente, pero deviene símbolo de cierta astucia catalana.

 

Serra F

Serra Ferrer. Serra Ferrer está sin duda con Bartu por lealtad a Núñez. También por interés: el fútbol triste y el cristo institucional que se han desplegando ahora podrían incluso superar la roña que se fabricó en sus días como entrenador. Serra Ferrer, con y sin bigote preconstitucional, también es un pilar indispensable de nuestra sociedad: representa a ese vecino del cuarto a quien nadie puede ni ver. 

 

Robo Carrasco

Carrasco. Ah, Carrasco. Uno no sabe cuántas Champions ganó Carrasco pero debieron de ser muchas a tenor de lo que le quiere la televisión oficial del club y todas las demás, donde aparece más que todo el Dream Team junto, más por supuesto que antibarcelonistas consumados como Valdés. Carrasco representa a una Catalunya muy concreta, la del simpático arribista, la del jeta que nadie sabe qué cojones hizo para merecer honor alguno. Hacer la de Carrasco debe ser eso de que te reivindiquen como el mejor jugador de la historia de La Masia por haber aprendido a encerrarte en el córner. Hacer la de Carrasco debe ser no perderse una tertulia y hablar ese catalán, tantísimos años después, sin que la Fiscalía entre de oficio. Hacer la de Carrasco: once años en el Barça para ganar una sola Liga.

rosell-fanaticsbarsa

Boixos Nois. Ellos también están con Bartomeu desde que se tomaron esta instantánea y se juraron amor eterno. Luego se han peleado un poco porque los Mossos le dijeron al club que adónde iba con esos delincuentes. Los Boixos, esos simpáticos muchachos que nos regalan estampas vergonzantes detrás de la portería del Mini -y del Camp Nou-, representan a una Catalunya que no podemos negar, la del puñetazo, la navaja, el puño americano y las visitas a la Modelo. Aleluya: la Catalunya del Vaquilla está con la junta.

 

Charly

Rexach. La ley de las compensaciones cósmicas exige que en el mundo haya mucha gente muy desgraciada para que cada muchas décadas surja un Rexach, un tío risueño, calmo, campechano, del agrado de todos y nacido para el éxito. Rexach nos representa a todos porque encarna el sueño de vivir bronceados, tranquilos y sin madrugar. Existe el cálculo matemático de que Rexach estuvo 49 años consecutivos cobrando del Barça, un hito feliz; la cuenta la perdimos en esta nueva etapa de asesor áureo de la presidencia, en la que también cobra unos dineros por su sabiduría, esa misma sabiduría que le mantuvo 16 temporadas en el primer equipo como jugador insignia para ganar una sola Liga -la de Cruyff, un señor al que después apuñaló-. Rexach también está con Bartomeu y eso, amigos, es oro: es la Catalunya triunfadora la que nos saluda. 

 

sandro

Rosell. Dicen de Sandro que maneja al pobre Nobita desde la sombra. Él, que le metió en la foto de Qatar, en la foto de cargarse a Abidal, en la foto de cepillarse a Cruyff y a Guardiola, en la foto de convertir al mejor equipo de siempre en una casa de lenocinio. También, claro, en la infumable foto de los Boixos. Sandro está mucho con Bartu, sí. Le escribe mensajes en los que le llama Luis, «sé fuerte», le dice. Y Sandro, poca broma, es un Rosell de los de toda la vida, crema upper de primera calidad, que sabe, pleitos con la justicia a parte, que cuanto más dure Bartu, menos se le recordará a él. Rosell ya debe tener claro que con su sucesor y acólito se está jugando el ser o no ser recordado como el destructor de la mayor obra futbolística de la historia del Barça. Y con ese pensamiento, se acerca al móvil y le manda otro SMS a medio camino entre Coelho y Santa Teresa.

 

_urdangarin_0121d4af

Iñaki Urdangarin. Ustedes pónganse como quieran, pero el Duque de Palma, de quien se dijo que firmaba los mails como El Duque Empalmado, también está con Núñez Rosell Bartu, sabedor como es de que con cualquier otro se le acabará esa vergüenza colgante con que le homenajea en el Palau. Urdangarin representa a muchos sectores profundamente arraigados en la sociedad catalana: a los monárquicos y a los de valores medievales, a los lectores del ¡Hola!, a los emprendedores, al ascensor social, a los fontaneros que cobran en negro, a los que ambicionamos un braguetazo salvador, a los demonietes y a los campeones de Europa de escondite. Y si creen ustedes que Urdangarin está solo y repudiado, dénse una vuelta por el Cinesa Diagonal un domingo y comprenderán que Iñaki goza del favor de las tietes melindres, único y verdadero ejército de la Catalunya eterna.

 

Gaspart

Gaspart. Gaspart es muy de Bartu, joder, faltaría más, seny y rigor. El Nefasto, asombrosamente libre de imputaciones en un club donde todos pringan, tiene la esperanza (tal vez lo haya logrado ya) de entregar su corona como calamidad más grande que han visto los tiempos. Por esto está con la dupla Sandro-Nobita, que para esto están los amigos.

 

trullez

Núñez. Condenado a dos años y dos meses de cárcel por soborno continuado a inspectores de Hacienda, Núñez también es Catalunya. De hecho, desde muchos puntos de vista, pocos son Catalunya tanto como el de Barakaldo. Destructor de todo el fútbol que amamos, da nombre al museo del club. Él ungió a Sandro en su día y puso a su servicio a sus uruk-hais, por los siglos de los siglos, amén. 

Compartirán conmigo en cualquier caso que resulta poético que un recluso de Quatre Camins sea el presidente de las cheerleaders del presidente Bartomeu.

16 Comentarios

  1. Pingback: Visigodos en el jardín - La caverna azulgrana

You must be logged in to post a comment Login