FCB: Furia, cólera y bilis
Hablamos de un equipo que está en el primer año de su...
«Paco Paco Roig tiró ayer de la manta. El ex presidente del Valencia admitió que el club de Mestalla pagó, cuando él lo presidía en 1997, cerca de 2,9 millones de euros en negro que fueron destinados en parte al sueldo de Romario y en parte a una comisión del 15% por el fichaje de Marcelinho Carioca. Según Roig, el Valencia encubrió los pagos de variopintas maneras. Por ejemplo, los 1,35 millones de euros que cobró Romario fueron enviados, aparentemente, a un modesto club brasileño, el Ypiranga, por la opción de compra de tres jugadores que nunca llegarían a Mestalla. Pero el Ypiranga no recibió ese dinero. Roig lo explicó ayer así: ‘La opción de compra de los jugadores del Ypiranga es la fórmula ideada y pactada por Manuel Llorente [actual consejero delegado del Valencia y entonces gerente del club] con Minguella [intermediario de futbolistas] para pagarle los emolumentos libres de impuestos a Romario».
El País, 9 de septiembre de 2002
Lo publicó El País hace casi doce años. Qué hermosura. Deténganse en cada frase, saboreen cada palabra. Vean los fragmentos que nos hemos permitido destacar. Ya lo ven, es una admisión directa de un presidente de club de fútbol respecto a sus manejos en los fichajes. Asómbrense ante esa fórmula, sin duda original, no me dirán. Vean esa foto, también, y disfruten de ese éxito, de esa contratación, de ese triunfo inapelable.
Ya dijo Villoro que la capacidad de resignación del hincha es infinita; mayor aún es nuestra capacidad para el autoengaño, para separar herméticamente el mundo adulto del de la infancia. Bebamos, pues a la salud de esos 7,9 millones que el Barça pagó el pasado verano por tres promesas del Santos que finalmente han resultado ser tan infames que no pueden ni jugar en el Barça B. Ypiranga es nombre de baile y tiene rimas interesantes. Bebamos a la salud de nuestra reconocida idiotez. Traguemos y sigamos tragando, con la vana esperanza de que en algún momento nos llegue el eructo, ese fétido instante de revuelta y lucidez.
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