…Y pedir perdón

No sé cómo imaginaban ustedes una entrega de armas. Puede pensarse en zulos llenos de metralletas cuyo paradero se hace público, en contenedores de explosivos depositados en lugares previamente fijados, en el lanzamiento de enormes sacos  cargados hasta los topes al mar. A mí me basta con la que hemos visto esta semana: Toni Freixa dejando la secretaría de la junta: ésa es la petición de armisticio más obvia que hemos visto en los últimos tiempos. 

¿Cómo hay que entender, este movimiento, y otros gestos de reconciliación emprendidos por Bartomeu? Como un intento por blanquear ese nuñismo convencido que Bartomeu predicó como escudero y hombre fuerte de Rosell desde mucho antes de su primer día, ha practicado. Blanquearlo para subsistir y para agarrarse más fuerte al sillón.

El esfuerzo del club a la hora de soltar lastre es encomiable. Sin embargo, uno se pregunta qué razón de ser tiene esta Junta cuando sus principales focos han caído uno tras otro. Veamos: Qatar. Ahora  admitimos que esa publicidad es una mierda y no es el maná que se había dicho. Echar a Messi: por una parte, Faus se tuvo que tragar una renovación demoscópica porque el 90% largo del sufrido pueblo culé entiende que el mundo es un lugar mejor si La Bestia Parda viste de azulgrana. Por otra, el fichaje de Neymar, pieza imprescindible del plan, ha sido una vergüenza y un escándalo planetario, quién sabe si también un cúmulo de ilegalidades. Y para más inri, benditos sean los dioses, la relación entre ellos es estupenda. Y tres, enterrar el cruyffismo y a Guardiola. Ahí sí: objetivo cumplido; pero una vez asegurado, poco han tardado en comprender que Sex, símbolo de este tiempo neonuñista y arma del crimen en la salida de Guardiola, era una castaña y un virus.

Se han quedado sin razón de ser, sin nada por lo que levantarse por las mañanas, sin una inspiración. Nada, salvo aguantar hasta las próximas elecciones y poder presentarse como una opción de consenso.

Pues bien, el intento no ha colado. Que paren el jugoso asunto del nuevo Camp Nou y convoquen elecciones para que podamos tener un presidente electo en las urnas. Y que lo hagan tras haber convocado una rueda de prensa en que Bartomeu, grave y serio, diga a las cámaras que siente vergüenza de su gestión en esta junta durante estos años, de su pertenencia al nuñismo más montaraz  para convertir al club de referencia de todo el mundo en una vulgaridad ochentera.

El presidente ha entregado las armas y se lo agradecemos. Le falta pedir perdón y marcharse a su casa.

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