Libros

La mejor lección de J.J. Santos

5 agosto , 2009

¡Quién dijo miedo! En un asombroso acto de fe, he llegado hasta el final de Abrazos y zancadillas, las memorias profesionales de J.J. Santos. Son 254 páginas leídas íntegramente en el excusado de mi hogar.

Sólo con ver la foto, ya sabrán los muy escasos barcelonistas que siguen este blog que no es un periodista que levante demasiadas simpatías. Pero resulta que el libro está bien surtido de anécdotas y eso alivia la absoluta ausencia de placer estético que uno encuentra en la obra. Lo que cuenta J.J. vale la pena -a pesar incluso de los extractos soporíferos en que narra su infancia e inicios- porque es un manual extraordinario para comprender por qué en Madrid el periodismo deportivo es como es. Cualquiera que tenga interés en la información futbolera puede sacar mucho provecho de estas páginas. Me explico.

JJ, en un acto de honestidad que le honra, recuerda cómo en sus inicios radiofónicos en una pequeña emisora de Madrid recurrió a las polémicas abiertas con José María García para ganar notoriedad y audiencia. Tanto subió el tono de la contienda, que el Butanito llegó a reírse públicamente de la cojera de JJ. Éste no tuvo mejor ocurrencia que replicarle en directo. Le llamó «sabandija carroñera», «enano mental», «tarado de poca monta», «mezquino» y, atención, «culibajo». En el libro se disculpa y dice estas palabras, que tal vez habría que colgar a la entrada de las redacciones de la mayoría de medios deportivos que confunden deporte con polémica barata: «He de reconocer que los de mi ramo tendemos a hacer públicas nuestras broncas, que nos gusta exhibir nuestras miserias, que queremos hacer partícipe al error de nuestras guerras. Craso error. (…) No está bien emplear el tiempo de información y opinión para este tipo de cuestiones».

Esta agresividad, este estado permanente de inflamación de carótida, es particularmente acusado en la radio deportiva que se hace en la capital. Supongo que a eso ayuda la dictadura de las audiencias y también el hecho de que las referencias en el campo (García, Azuara, De la Morena o Abellán) han rentabilizado bien este estilo. Que ese estilo haya llegado al papel, es una pésima noticia que acaba convirtiendo a los juntaletras en polemistas deportivos.

Por el libro desfilan las guerras y los idilios de JJ con Clemente, Gil, El Chava, Eto’o o Aragonés, con ese estilo típicamente mesetario que afortunadamente aún no ha llegado a la prensa catalana. Hay, por supuesto, mucho revanchismo (Urdaci, por cierto, sale muy mal parado) pero también autocrítica, como cuando evalúa su seguimiento del Mundial de Corea y Japón tras una amabilísima entrevista a Raúl, que ya estaba en el ojo de la polémica: «Lo malo de ser la televisión oficial del mundial es que acabas perdiendo la perspectiva crítica, porque tus intereses, más que nunca, van unidos a los de la Selección».

Sobre la eliminación ante Corea, por cierto, leí con auténtico placer lo siguiente: «Por segunda vez en mi vida, lloré viendo un partido de fútbol, y lloré desconsoladamente en las horas posteriores (…). Era pensar en los millones de compatriotas que se habían acostado en aquel soleado fin de semana en nuestro país y que iban a dormir muy mal esa noche».

También son aprovechables sus reflexiones sobre cómo los grandes deportistas se esconden de la prensa, y escribe algo sobre los capitanes del Real Madrid que se cumple al milímetro en el Camp Nou: «Parece obligado que tengan que estar como enfrentados con los medios y con cara de mala uva todo el día. Es como si el brazalete obligara a ello».

Para finalizar, adjunto la mejor anécdota del libro. Ocurrió tras ganar Dani Pedrosa un Mundial y mantuvieron esta conversación, en la que el deportista tiró de seny y le demostró a JJ que hay cosas que, sencillamente, no son información, sólo interesan a mentes morbosas y aburridas a quienes no les interesa el deporte.

JJ: Te noto distante Dani, ¿yo no estoy en esa lista de cuatro [periodistas con los que no se lleva bien], no? ¿ O sí?

DP: No, pero no son unas preguntas muy inteligentes.

JJ: ¿Que no son muy inteligentes? A lo mejor lo que no son muy inteligentes son tus respuestas.

DP: Perdona si te ha molestado la respuesta, pero me estás tan sólo preguntando cosas que no tienen nada que ver… Aquí la cuestión es que he conseguido un campeonato del mundo y que estamos todos muy contentos, y me estás preguntando si tengo un pique con Alonso, y que si tengo no sé qué con los periodistas… Por lo tanto creo que la entrevista no es muy buena, perdona que te lo diga.

Gràcies Dani, y gracias JJ por ayudarme a comprender el carajillismo periodístico y por qué hay gente que en su micrófono o libreta ve una alabarda o un Kalashnikov.

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