Never be
Never see
Won’t see what might have been
The unforgiven, Metallica (1991)
Fútbol: dícese del deporte en que las dinámicas de un vestuario deciden títulos y el hambre y la ambición colectiva priman más que la calidad de los cracks. Van a cumplirse cuatro años desde que aquel equipazo fugaz de Riijkaard eliminara al gran Chelsea de Mourinho camino de la gloria. Tal vez podamos sacar conclusiones de observar, uno a uno, qué ha sido de los campeones que abandonaron aquel conjunto, que en su momento parecía invencible y que, no lo olvidemos, estaba lleno de gente joven. Vean al elenco de astros y asómbrense ante los prodigios del dao.
Jorquera. Titular en el Girona (2ª A). El presidente del club ha pedido a la afición que, por favor, deje de mofarse de él. Al inicio de temporada, se conformaban con silbarle, en las últimas jornadas han pasado a dedicarle aplausos irónicos.
Oleguer. Se marchó al Ajax, donde inicialmente fue titular. La paciencia de Van Basten duró hasta un partido en que sacó del campo a uno de los titulares de París a la media hora. Acabó el año jugando 26 partidos, muchos más de los que jugará éste, en que acumula la friolera de seis titularidades. Lo único que el club ha ganado desde su llegada ha sido un título de juveniles.
Van Bronckhorst. Uno de los pocos que se fue sin necesidad de encontrar una cabeza de caballo entre las sábanas. Es capitán del Feyenoord, donde ha ganado una Copa de los Países Bajos. Este año está cuarto a 18 puntos del líder y se conoce que nadie le da pases de tacón por encima de la cabeza (1′ 18″).
Edmilson. Fracasó a lo grande en el Villarreal, hizo lo propio en el Palmeiras y ahora exhibe su inconsistencia en Zaragoza, desde aquí, lo mejor para los maños. Pero no teman por él, es un gran lector de biblias.
Sylvinho. Aguantó en el Barça para colaborar a crear el mejor equipo de siempre. Suplente habitual en el Manchester City.
Belletti. El Dios de París lleva un buen año con Ancelotti en el Chelsea. Ha jugado 21 partidos, su equipo es líder y sigue dando miedo en Europa. No consta que su señora haya caído en garras de nuestro buen amigo Terry.
Motta. Tras atracar al Atleti y quedarse sin equipo ha resucitado en Italia. Brilló en el Genoa y es un fijo de Mourinho, equipo que sigue vivo en las tres grandes competiciones. Habrá que estar atentos a cuánto tiempo aguanta su fútbol con Ronaldinho en su ciudad.
Gabri. Acumula tres partidos como titular este año, qué barbaridad. Suponemos que su correr de pollo sin cabeza ha contribuido al declive del Ajax.
Van Bommel. Un profesional que comprendió que en el Camp Nou no funcionaba su fútbol paleolítico y pidió largarse. Es el líder espiritual y el capitán de un Bayern de Munich que va a más y donde ha ganado un par de títulos. Esta temporada lleva 27 titularidades y la bonita cifra de ocho amarillas.
Deco. Uno de los líderes de la nueva máquina infernal de Abramovich. Es titular y nada hace pensar que piense refundar el clan de la caiprinha en el bienestante barrio de Chelsea.
Larsson. Jugó y siguió goleando en el United, desde entonces se ha retirado una docena de veces. Uno puede deducir que ha tenido hermosas trifulcas conyugales, pues era su mujer quien le pedía que volviera de una santa vez a Suecia a comportarse como un anciano venerable.
Ezquerro. Es la estrella de su equipo. Antes sufrió la humillación de fracasar en Osasuna y quedarse sin club.
Maxi. No olviden jamás que el cheerleader que vino para animar las celebraciones de los títulos costó lo mismo que pedían Tottenham y Udinese por Kanouté y Iaquinta. El sinvergüenza que dio una noche de felicidad está protagonizando un prolongado descenso a los infiernos: Mallorca (cuatro goles en 15 partidos), después el FC Moscú (donde jugó un partido, hola qué tal), viaje de placer al Gremio de Porto Alegre -se le criticó por estar fuera de forma y el equipo quedó lejos de la cima- y recientemente el Catania, donde ha marcado un gol en tres partidos.
Eto’o. La cabra pirómana ha logrado en el Inter el sueño de su vida: ser el que más cobra en un grande. Lleva nueve goles y parece que no encaja bien la eclosión de Pandev ni la lupa de Mourinho. ¡Mucho ojo! ¡En Italia hay hasta siete municipios que responden al nombre de Villafranca!
Giuly. Un cabrón sin corazón dijo una vez que cuando le veía correr se acordaba de su perro. El entrañable Ludovic se fue como un profesional y dejando dinero en el Camp Nou. Ni en Roma ni en París le han dado asistencias con la espalda, pero ha seguido en su línea de regularidad y marcando sus golitos y ha sumado otros dos títulos.
Ronaldinho. No ha ganado nada desde que lo fichó el Milan a precio de crack. El pasado año dormitó y éste parece que quiere jugar el Mundial. Es líder de su equipo en goles y asistencias.
PD. Perdonen la diatriba. Ver a este Barça golear galvaniza los dedos y atrae las musas.
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