FCB: Furia, cólera y bilis
Hablamos de un equipo que está en el primer año de su...
No cuesta imaginar a Sergi Barjuan sonriendo satisfecho a lo largo de toda la campaña, admirado ante el horror perpetrado semana tras semana por la defensa de este equipo histórico. Nunca desde que otorgamos el humillante Trofeo Barjuan al defensa que ha facilitado más goles del rival se habían alcanzado semejantes cifras: Mascherano revienta el récord de Puyol y se va a los 9,77. Puyol es el peor segundo que habíamos visto con 7,66. Abidal el peor tercero con 5,91, y Piqué, pese a haber jugado mucho menos que el pasado año, multiplica su productividad escatológica y se sitúa en 5,75. Nunca entre los cuatro peores del Trofeo Barjuan habían sumado 29 goles en contra. A ellos hay que señalar por los títulos que se han escapado y por el récord negativo durante la era Guardiola de 48 goles encajados.
Pero centrémonos en el flamante ganador del Trofeo Barjuan 2011-2012. Tuve la suerte de saludarle hace apenas 15 días. Va muy recto, con los codos levantados junto al cuerpo en ángulo, en una posición típicamente futbolera. Mira muy de frente y lleva escrito en la frente «Estás hablando con alguien que ha llevado el brazalete de Argentina». Mascherano es un jugador noble, honrado e idolatrado por la grada. Seguramente es también el único capaz de desafiar a Puyol en demagogia defensiva. Es cierto que sus tackles son de libro. Y que su sentido de la anticipación es asombroso. Cierto es que si ha jugado tanto es porque la plantilla era muy corta y se han sucedido las desgracias. Y, digámoslo también, en muchos partidos ha pagado la ocurrencia de los tres defensas. Pero a pesar de todas las ovaciones que le ha tributado el Camp Nou, nadie ha sido más nocivo para Valdés este año.
Basta recordar la cara asombrada de Guardiola cuando vio a Mascherano abandonar la posición de central en la última jugada de un partido reciente en que intentó tapar un pase imposible desde el centro del campo. Contra el Chelsea falló en el gol de Drogba en la ida y en el de Ramires en la vuelta, él mismo lo asumió y era el jugador más afectado en el vestuario. Contra La Banda en el Camp Nou también pudo hacer más en el gol de CR Ceja. Falló los días clave y falló mucho más. Pero el Jefesito nos cae bien. Vean qué decía hace una semana en El País: «[La anticipación] es jugar con una pistola cargada. En eso debo mejorar. No todo lo puedes anticipar y más en este equipo, que son 40 metros atrás de vacío (…) Me cuesta ganarla por alto. Me faltarían cinco centímetros más, pero uno tiene lo que tiene». Sólo un grande asume así sus fallos. Y tiene razón. Uno tiene lo que tiene y el Barça ha tenido lo que ha tenido: un auténtico lastre en el deplorable año de Piqué. Lo que ha hecho el Cumbias es estratosférico, como si Messi, el año que viene, se quedara en siete goles. Mascherano quedará en esta foto, pero el pueblo no debería equivocar al principal culpable de la infamia defensiva que fue el Barça 2011-2012.
Trofeo Barjuan
Messi 0,33
10 Comentarios
You must be logged in to post a comment Login