Héroes

La guerra total

21 diciembre , 2012

¿Cuánto puede aguantar un cuerpo enfermo? ¿Cuánto puede aguantar un vestuario? Estas dos preguntas han tronchado de cuajo nuestro optimismo. La primera cuestión atañe exclusivamente al drama personal de Vilanova, que se lo juega todo. La segunda, a un equipo que en pocos años ha tenido que luchar contra mucho más que sus rivales: acusaciones de dopaje, la falacia de las ayudas arbitrales, el lastre infinito de haber ganado más de lo que jamás una plantilla haya ganado. Y luego está ese otro asunto, el cáncer.

La culerada afronta esta sombra sin haber podido celebrar el regreso de Abidal, un jugador del que se hablará dentro de un siglo, entre miradas de escepticismo e incredulidad. Le enfermedad de Tito, 44 años, será el termómetro que mida la fortaleza espiritual de un vestuario al que la dieta de la pasada temporada ha despabilado. Muchos dan por hecho que el equipo metabolizará esta nueva desgracia en positivo. Pero en esta casa sabemos lo que es perder una Liga por un secuestro. Y equipos como el Sevilla acreditan cómo una desgracia puso fin a uno de los mejores equipos de la historia reciente del fútbol mundial.

Nadie conoce el futuro. Pero sí hay actitudes decentes ante una situación así. Fritz Zörn, en las memorias del cáncer que le devolvió la vida y le llevó a la muerte, hablaba de la necesidad de rebelarse, de protestar, de gritarle a las paredes y escupir de rabia. «Yo todavía no he vencido aquello que estoy combatiendo; pero tampoco estoy vencido y, lo que es más importante, todavía no he capitulado. Me declaro en estado de guerra total».

El mérito del escritor fue ése. Sabía que podía perder, pero se resistió con todas sus fuerzas. Si un vestuario le entenderá, ése es el del Barça, desgraciadamente acostumbrado a convivir con los dramas humanos, felizmente sabedor de que el fútbol y la vida no son más que una actitud. Guerra total.

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