FCB: Furia, cólera y bilis
Hablamos de un equipo que está en el primer año de su...
Tan misterioso como cierto: pasan los años y Florentino siendo incapaz de legar el menor atisbo de belleza al fútbol. Nos quedan, claro, los raptos de orgullo de sus futbolistas y las genialidades de sus estrellas pero, sorprendentemente, La Banda sigue peleada con la poesía y con todo el que quede fuera de los confines de la Meseta. Seguramente no debería sorprendernos en un personaje tan genuinamente antifutbolero como el antiguo mandatario de la Asociación Española de la Carretera, pero la cosa, este verano alcanza la categoría de asombro.
El caso es que La Banda pudo arrebatar al Barça su cetro, vencerle en su terreno, follárselo en la cocina. En efecto, el Madrid rozó la posibilidad de ganarnos la medular con los fichajes de Kroos y James si les alineaba con Khedira, Alonso, Di María y Modric. Tenía Florentino en su mano abandonar las prisas enloquecidas, alcanzar la mayoría de edad, abandonar el sexo de asiento atrás sin kleenex a la vista. Podía renunciar al contragolpe y a ese libreto que triunfa en Tercera de cerrarse atrás, lanzar balonazos al bueno y esperar un córner. Pudo La Banda salir de la prehistoria y combinar un poco, jugar como debería hacerlo el equipo que más gasta del mundo. Pudo abandonar la Barbarie. Pero por suerte, ahí estaba Florentino.
Pero claro, este señor es alguien que ya antes de ganar la Champions vivía entregado a Mendes y que convirtió los fichajes en insólitas maniobras diplomáticas; alguien que creía entender de fútbol. Imagínenle ahora, con esa Décima tan hermosa como la lograda por el Chelsea de Bosingwa. En pocos días ha echado a dos centrocampistas para partir de nuevo a su equipo. ¿Vieron la cara de Kroos en Anoeta? Sí, amigos: es la de alguien que antes jugaba en un club donde mandan Hoeness, Beckenbauer, Rummenigge, Sammer y Guardiola y ahora lo hace en otro donde manda sólo Florentino. La apuesta vuelve a ser la de siempre: pólvora en las áreas y mucha velocidad.
Y siendo así las cosas, hasta se puede intuir que dos jugadores maravillosos como Kroos y James pueden perjudicar a La Banda: si la fuerza del Atlético es la coherencia granítica entre su modelo y sus jugadores, la debilidad de La Banda puede llegar en la contradicción de poner a dos futbolistas excepcionales y de toque a hacer de esprínters. ¿Qué hará el Madrid en el partido clave? ¿Tocará o correrá? ¿Sabrá que Ramos y el escudo son sus mejores bazas o pensará en triangulaciones de 35 toques? ¿Conocen el poder de la duda? ¿Comprenden los horrores que provoca la confusión?
Al pueblo barcelonista no le queda sino dar gracias a los cielos por este regalo que es Florentino. Justo cuando podía robarnos la grandeza, su equipo vuelve a la fealdad y lo hace sin los tíos adecuados. Al pueblo barcelonista le queda dar gracias porque el fútbol sigue siendo de los futbolistas, porque habrá siempre más poesía en un saque de banda de Messi que en toda una Champions de la Banda de Florentino.
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