FCB: Furia, cólera y bilis
Hablamos de un equipo que está en el primer año de su...
Si la defensa es histórica en cuanto a vergüenza ajena y nos dejó sin títulos, la medular ha sido vomitiva y culpable de otro año sin fútbol. Fue en el centro del campo donde se forjó la leyenda de este equipo, tocando y asfixiando a los rivales con el ritmo de balón y las paredes. Es en el centro del campo donde nos hemos vulgarizado con una espantosa falta de talento y comprensión lectora.
En estos días de búnquer y euforia nacionalmadridista hemos avistado poquísimos titulares de prensa a través del periscopio. Pero ya parece claro que la cosa va de que el bueno de Flick traga mierda y compra Joaos, compra totaquina bazofia con patas. Pero hay un error, uno, que no toleraremos al tal Flick, que es la continuidad del asesino de civilizaciones rubio, del querubín genocida. Conviene recordar que conocemos la ruta y nos sabemos el libreto: sólo ganamos cuando hacemos el mejor fútbol. Y tal vez podamos llegar a tragar con un doble pivote repugnante, si los futbolistas saben qué hacer con el balón. Pero tragar doble pivote a mayor gloria de De Fraud, el hombre que no sabía pasar la pelotita, eso es pañolada y operación Carrero Blanco desde el día uno.
Y no, De Jong no es el único cerapio de la familia. El buenrollito canario, shame, shame, shame.
Oriol Romeu. 3. Siluro. Un día un entrenador dijo de él que era el futbolista más profesional que había visto. Ente eso y la épica del Ebre y su pasado culer, uno podía pensar que aguantaría media hostia. Pero su despliegue ha sido digno de un siluro tirado en mitad de la Diagonal y su única acción destacable llegó en el minuto 3 de un partido disputado en julio al inicio de la pretemporada. Es sabido que la camiseta del Barça pesa como si fuera de plomo, pero el truño perpetrado desde cierta fatídica noche portuguesa no tiene perdón de dios. Ahí comenzó el hundimiento y así acabó la cosa: sólo 1.400 minutos, con el triste bagaje de una asistencia.
Su jeto de ecche homo sufriente nos recuerda varias tragedias: se ha perdido el eufórico año del Girona, sí, y ha fracasado en el Barça después de ser el único tío por quien pagamos un euro el pasado verano. Planteamos debate, visto su horrendo nivel: ¿era Romeu o era Puyol calvo?
Frenkie de Fraud. 0. Asesino. Los palomos de Barcelona, sucios, desastrados, portadores de millones de virus y plagas de todo tipo, hacen, cuando están en celo, idénticos movimientos a los de este atracador de casas pobres, con esa mitja volteta, ése parar para arrancar, para frenar de nuevo, superar a nadie, interrumpir el juego, reorganizar al rival. Frenkie, pírate, somos poble de pau, pero no te pases. Uno tiene sus obligaciones cívicas y desde aquí llamamos a nuestra única arma como culers, que es el insulto en público, en la panadería, el bar, cruzando la calle o en el reservado del restaurante. Su año es esperpéntico y su evolución nula, hablamos de que ésta ha sido su quinta temporada en el club y en fin, aún esperamos que decida para bien algún partido.
El segundo jugador mejor pagado del equipo se ha pasado el año regalando goles, perdiendo la posición, flotando en el momento decisivo de las acciones, abandonando marcas. Hijo de mil infecciones, maldita comadreja corrupta. A cada partido, una nueva demostración de que se puede hacer todo mal, de que más vale un Busquets en silla de ruedas que aquí el amigo vigores recorriendo maratones. Pero es que en ataque, qué escándalo y desvergüenza, 30 partidos sin firmar una triste asistencia de gol, TREINTA, amigos.
Es el suyo un desastre de tales magnitudes que sólo se puede interpretar como un insulto y una agresión; esperemos que brille sobremanera en la Eurocopa y que su último zurullo en azulgrana ya haya visto la luz del día.
Pedri. 0. Una vida menos en Canarias. Te vamos a hablar como se hablaba a un hijo muy querido en los 80 [Bofetón, mejilla izquierda]. Te lo vamos a decir con cariño, pero clarito para que lo entiendas [Otro más, éste de revés, mejilla derecha, vamos sacando la zapatilla]. Mírame, mírame, que te hablo a ti muy en serio [Zapatillazo en el culo]. El mensaje es claro: hemos visto fracasar a gente mejor que tú. ¿Sabes lo que era De la Peña? ¿Sabes cómo se perdió? ¿Sabes que Deulofeu metía hat-tricks con goles desde medio campo y olímpicos en un mismo partido? ¿Dónde mierdas juega? ¿Sabes quién era Motta? No, no sabes nada, so cafre, no sabes nada, que al menos Ronaldinho nos sacó de la mierda, iluminó la ciudad, nos llevó a lo más alto. ¿Sabes dónde acaba esta mierda tuya? Acabas en el Wolvertruñer, un equipo de despojos de Mendes. Acabas en un Villarreal que aspira a Europa. Acabas en un Espanyol ambicioso, que nos jode en Cornellà y acaba 15º. Acabas a galaxias de distancia de tu destino de elegido como sustituto de Iniesta.
Las lesiones, sí. Las lesiones no vienen solas. Que dicen los más viejos del lugar que para encontrar registros como los de Pedri hay que retrotraerse a Piqué 2009, a los caipirinhos 2008, y créanme, es mucho decir.
Cómo sería el vestuario que ya eliminados de Champions, con el Mal volando al doblete y habiendo firmado una campaña horrenda, el pobre desgraciado tuvo a bien fotografiarse en no sé qué fiesta de no sé qué influencer EN COMPAÑÍA DE JOAO FÉLIX. ¿Estamos locos? Poble armat, poble respectat.
Increíblemente, Pedri ha maquillado su infecto año llegando a los 34 partidos, los cuatro goles, las cinco asistencias. Y aquí la duda: ¿nos lo quedamos? Claro, joder. Qué sentido tiene el Barça si no quieres a un tío como Pedri. Y si sigue empeñado en arruinar su carrera, ya lo suspenderá la vida.
Sergi Roberto. 4. Mortadelo. Mortadelo el que le han hecho, se entiende. Repetidamente, cada noche. Pero, ¿cómo iba a ser distinto? Si le mearon en la cabeza a Puyol y se reían de Mascherano, qué no iba a pasarle al Cafú de Reus. Uno imagina la escena en el chat del equipo. «Todos concentrados, partido grande, no salimos hasta después del partido». El mensaje era leído por unos en un jacuzzi, por otros en la discoteca, alguno a doce husos horarios. Ni dios en su casa. Y el pobre capità, con esa carita, si no és maco, buscando en Google «Qué es un Mortadelo». Se nos saltan las lágrimas, se nos revuelven las entrañas.
De Sergi Roberto, uno di noi, podemos decir que se ha ganado seguir en el campo, con actuaciones de orgullo en noches vergonzantes y con cierta demostración de que sabe cómo se juega a esto nuestro, en un año que cerró con 24 partidos, tres goles y otras tantas asistencias. Pero como capitán, en fin. Ha sido humillado y convendría que el brazalete pasara a manos más violentas.
Gundogan. 9,5. Heroico. Rivaldo 2002, Gündogan 2024. Tremendo despliegue de fútbol en el desierto, gloria al todocampeón de una temporada atrás, que apareció por Montjuïc a comprobar que tal vez era el único a quien le importaba toda esta mierda.
51 partidos, cinco goles, 14 asistencias, pero que les den a los números: el único que demostró cómo se juega a esto, cómo se gira, cuándo se pausa, cuándo se tira un pase al agujero, el único que mostró que hubo una vez el Barça. Absolutamente excepcional su año y conviene recordarlo, llevado a cabo con la velocidad punta de una tortuga bicentenaria y reumática.
Clarísimo capitán de la 2024-2025. A él le dedicamos nuestra más sentida disculpa.
Gavi. SC. Rompido. Para muchos, la explicación del horror de temporada es que faltó Gavi. Sabe dios que le rezamos en arameo para que vuelva bípedo, pero su juego de choque y quilometraje nos sigue pareciendo contracultural. Este prodigio de precocidad ya ha jugado un Mundial, ha sido intocable en el primer equipo del Barça y hasta ha sido el mejor del equipo… en noches en que no jugamos una puta mierda. Falta ver si tiene el nivel para ser el mejor cuando el equipo vuela. Mientras filosofamos sobre ese asunto, que vuelva ya, que tiene más fútbol y decencia en una uña que el Clark Kent desteñido en seis generaciones de De Frauds.
Y la preguntita. ¿Lo venderían por 90 millones? No pregunten en este rincón, porque a pesar de su salvaje juventud, igual sucumbíamos al vil metal.
Fermín. 8. Creyente. Cuando estamos en lo más bajo, La Masia. Este chaval, con la épica del enano que no crece, del niño separado de su familia tan pequeño, de su cesión a un tal Linares, club de cierta comarca de Narnia. Tremendo jugador el que se inventó Xavi, con llegada, ambición y gol.
Notable como suplente, notable como titular. Cierra el año con 43 partidos, 11 goles, una asistencia y tales ganas de follarse al Mal que no podemos sino quererle con todo nuestro pobre corazón doliente. Por tíos así merece la pena pasear el escudo por este puto búnquer maloliente.
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