Tito y Zubi se han empeñado en que me repita. Sea, pues. Lo que sigue no es autobombo, amigos, es masoquismo, la pura constatación de que a esta poza inmunda no se asoma jamás nadie que gobierne nuestros corazones. Y de que en las competiciones del KO no tenemos defensas capaces de contener a equipos pergeñados para lanzar ocho ataques por partido. Si no solventamos este agujero negro, no bastará con haber recuperado el hambre.
14 de septiembre de 2011: «Es 14 de septiembre y el Barça ya ha encajado dos o más goles en cuatro partidos oficiales. Exactamente las mismas veces que en toda la pasada temporada». Una lección.
6 de noviembre de 2011: «…la ineptitud puntual de nuestra defensa, principal responsable de que el que tal vez es el mejor equipo de la historia, con el mejor jugador de siempre, motivado y hambriento, esté tres puntos por detrás de La Banda de los Altintops». La conspiración.
24 de noviembre de 2011: «Efectivamente, pocas veces en la historia del fútbol ocho hombres ganaron a 14: los 11 rossoneri más Puyol, Mascherano y Abidal. Ya comentamos esta pesadilla defensiva (…)». 8 contra 14.
11 de diciembre de 2011: «(…)Tanto que no importa que Valdés haga un fallo terrible a los 15 segundos. Tanto que no importa tener a la peor defensa que hemos visto desde tiempos de Christanval». Una maldición llamada Barça.
28 de enero de 2012: «El Barça es segundo y para muchos no es favorito a ganar la Liga. Básicamente por dos razones: por la lógica falta de motivación para jugar en estadios de segundo nivel y por el lamentable nivel de la defensa». Messi contra Piqué.
29 de mayo de 2012: «No cuesta imaginar a Sergi Barjuan sonriendo satisfecho a lo largo de toda la campaña, admirado ante el horror perpetrado semana tras semana por la defensa de este equipo histórico». Barjuan se sentiría orgulloso.
1 de junio de 2012: «(…) no es de recibo que uno acabe la temporada pensando que tíos como Lanzaro del Zaragoza, Ballesteros del Levante o Mariah Carey, del Bigardas United, serían titulares indiscutibles en esta horrenda defensa». Las notas (I). Can Pixa.
Firmo Albert Martín y nací en Barcelona en 1980. A los cuatro años hablaba de fútbol y estoy atado a las miserias de este equipo desde 1987; los insultos de mi padre y mi tío a once tíos de azulgrana que perdieron 1-2 ante el Sabadell me hicieron 'culer'. Recuerdo confusamente que un día llegó Cruyff y convirtió el suplicio en arte y aquel club oxidado en hoguera de vanidades. En plena pesadilla gaspartiana vi desde Lisboa un Madrid-Barça que La Banda ganó 2-0 con gol de Judas. Luego murió Kubala y comprendí que había llegado la hora de hacerme socio. Para entonces ya sólo podía ser periodista y me acogieron en 'El Mundo', donde publiqué 'El callejón del ocho'. Después me fui a 'Público'. Durante décadas, el Barça implicó lágrimas, culo prieto y miedo a cruzarse con un kiosco. Pero nos quedaba una profecía por cumplir y se sucedieron Ronaldinho, Xavi y Messi para aclarar que éramos 'foda'. Un día de invierno me encontré con que mi Caverna había sobrevivido a mi diario y perdí ciertas vergüenzas: no me importa ya reconocer que sueño fútbol casi todas las noches.
Postdata: Aún tiro caños y no olvido una cosa que escribió Hornby: "La única diferencia que hay entre ellos y yo estriba en que yo he invertido más horas, más años, más décadas que ellos, y por eso comprendo mejor qué sucedió aquella tarde".
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