Esta cueva permanecerá desierta unos días, habida cuenta de que ha llegado al fin el ansiado mes en que uno cobra sin trabajar.
Señoras, quedan como responsables de cuatro sencillas misiones:
1) Ganar por un rotundo 4-1 al Sevilla en el Camp Nou.
2) Caso de que Ibra se largue estando yo embarcado, acudan al aeropuerto a darle las gracias por esos cuatro meses de pinceladas inolvidables. Y sean crueles, por favor: grítenle un sonoro «¡Por más lejos que te vayas, Messi seguirá siendo el mejor!».
3) Caso de que llegue Sex, Dios no lo quiera, acudir de nuevo a El Prat con pancartas alusivas a Gerard López y bien dispuestos al insulto.
4) Adorar en secreto a Ryan Giggs, verdadera leyenda, que ha conseguido a la primera oportunidad convertirse en el único jugador de la Premier que ha anotado en 19 campeonatos consecutivos. Él también merece unas vacaciones.
Firmo Albert Martín y nací en Barcelona en 1980. A los cuatro años hablaba de fútbol y estoy atado a las miserias de este equipo desde 1987; los insultos de mi padre y mi tío a once tíos de azulgrana que perdieron 1-2 ante el Sabadell me hicieron 'culer'. Recuerdo confusamente que un día llegó Cruyff y convirtió el suplicio en arte y aquel club oxidado en hoguera de vanidades. En plena pesadilla gaspartiana vi desde Lisboa un Madrid-Barça que La Banda ganó 2-0 con gol de Judas. Luego murió Kubala y comprendí que había llegado la hora de hacerme socio. Para entonces ya sólo podía ser periodista y me acogieron en 'El Mundo', donde publiqué 'El callejón del ocho'. Después me fui a 'Público'. Durante décadas, el Barça implicó lágrimas, culo prieto y miedo a cruzarse con un kiosco. Pero nos quedaba una profecía por cumplir y se sucedieron Ronaldinho, Xavi y Messi para aclarar que éramos 'foda'. Un día de invierno me encontré con que mi Caverna había sobrevivido a mi diario y perdí ciertas vergüenzas: no me importa ya reconocer que sueño fútbol casi todas las noches.
Postdata: Aún tiro caños y no olvido una cosa que escribió Hornby: "La única diferencia que hay entre ellos y yo estriba en que yo he invertido más horas, más años, más décadas que ellos, y por eso comprendo mejor qué sucedió aquella tarde".
2 Comentarios
You must be logged in to post a comment Login