FCB: Furia, cólera y bilis
Hablamos de un equipo que está en el primer año de su...
Porque lo que soportó este hombre anoche es una cosa muy fuerte. Muchos no se levantarían ya nunca, víctimas del shock. El síndrome de estrés postraumático es una cosa muy dura, en efecto. Los expertos cuentan que una de sus consecuencias es el insomnio, la angustia. La peor de todas, el conocido síndrome de debajo de las ruedas. Consiste en el minucioso y obsesivo repaso mental de las imágenes de la tragedia.
¿Y qué repordará Butt? Recordará lo que Ramon Besa acierta en definir como el «caudaloso fútbol» del Barça. Ese despliegue de recursos técnicos y tácticos, esa avalancha constante que llega desde todo el ancho del terreno de juego, como si de una carga de rohirrim se tratara. (http://www.youtube.com/watch?v=98MtWe2nCS4)
Recordará la motivación psicópata de gente como Messi, Eto’o, o Guardiola -ese ilustrado-, que querían más. Y la soledad de Toni o Ribéry, que al final del partido se tapaba la boca para decirle a Henry algo así: «¡Qué puede esperarse de nosotros con Van Bommel de titular! El año que viene juego aquí». Lo que lo que sufrió en sus carnes el pobre Butt en lenguaje policial, se llama agresión tumultuaria, en el porno, extreme bukkake, y en la Biblia, martirio.
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