Ali-Foreman

Los maestros del fútbol (II). Boma yé.

17 abril , 2011


«Confidence on both sides makes for war».
The fight, Norman Mailer

El primer acto está escrito. El Barça ganó anoche la Liga, pero curiosamente, el resultado carga de confianza a La Banda y afila el instinto asesino azulgrana. La batalla está ahora en las cabezas de los jugadores, en sus miedos, fobias y manías, en su fe.

A cultivar la proximidad de esos poderosos aliados se dedicaron Foreman y Ali durante su estancia en Kinshasa, donde no pararon de enviarse recados. El primero exhibía su condición de campeón, se encerraba en su condición de nuevo millonario, al segundo le gustaba mezclarse con la gente, hacía footing entre ellos. Al primero no le gustaba estrechar manos, las llevaba guardadas en el bolsillo para proteger sus temidos puños y evitaba salir de su microcosmos. “Excuse me for not shaking hands with you, but you see I’m keeping my hands in my pockets”, se le oyó decir. El segundo buscaba el contacto con los zaireños hasta el punto que le enseñaron un cántico para la historia, “Ali, boma yé”. Ali, mátalo.

La batalla psicológica también corría en la prensa. Ali quería convencer al mundo de que era aún el verdadero campeón. Se enfadaba con la prensa: “You are ignorant men. You are impressed with George Foreman because he is so big and his muscles seem so big”. Consciente de su carisma, lo explotaba al máximo. “I’m not just a fighter, I’m a world figure to these people”. La réplica de su oponente, también ante los micrófonos, no fue menos contundente. Le preguntaron si le gustaba hablar durante las peleas. Esto es lo que respondió: “I never do get a chance to talk much in the ring. By the time I begin yo know a fellow, it’s all over”. “¡Él es el toro, yo soy el torero!”, replicaba Ali. “¡Que se prepare para bailar!”, añadía, en referencia a su portentoso juego de pies y al estilo metalúrgico de su rival.

En sus cabezas, ambos se sentían ganadores. Todo podía ocurrir y el resultado definitivo de esa guerra dependía de detalles. Pero Ali tuvo más éxito a la hora de invocar el apoyo espiritual del mundo. La gente quería que ganara. El “Ali, boma yé!” fue el himno del combate. Ahora que ha de decidirse el campeón de la Copa en 90 minutos, ¿creen ustedes que el mundo del fútbol quiere que ganen Mou, Pepe, Tito Flo, CR Ceja? Griten, entonces. ¡Leo, boma yé!

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