FCB: Furia, cólera y bilis
Hablamos de un equipo que está en el primer año de su...
Si la pilota entra, el soci és feliç. Así de hermosamente titulaba hoy el compañero Martí Molina su noticia sobre el grado de satisfacción de los socios según el Observatori Blaugrana que realiza la entidad. Cuantísima verdad en ese titular.
Sumidos como estamos en la euforia, los récords, la aniquilación y el fin del mundo, hay noticias que nos pasan por alto y que tal vez merecerían algún comentario. Este martes, Mundo Deportivo publicaba que el Barça negocia el fichaje de Laporte, central zurdo del Athletic. La noticia, de confirmarse, implicaría que Mascherano, al fin, tendría un competidor decente y que el Barça daría un clamoroso salto de nivel en esa zona del campo. ¿Qué cojones nos incordia, pues, cuando el cuerpo nos pide ir de rodillas hasta Amur para dar gracias?
Resulta que Laporte está representado por Carles Puyol, Iván de la Peña y Ramon Sostres (representante de Iniesta y del propio Puyol). Resulta que se convirtieron en representantes del central, que no tenía apoderado, a finales del pasado año. En tres meses salta la sorpresa: el Barça, pim-pam, está interesado en el futbolista, que tiene una cláusula de 50 millones. La cosa está fea incluso en un circo como el de los fichajes del planeta fútbol, e incluso en el caso de un jugador del que se habla para el Barça desde 2014.
Como saben ustedes,
Es de suponer que alguno de estos ingredientes -podemos elegir- haya podido ayudar en la acertada apuesta de los dos exfutbolistas a la hora de fichar a Laporte como representado justo a tiempo. En este agujero no somos, tristemente, representantes de futbolistas, pero si semejante gremio tuviera un sindicato, sería hermoso escuchar su opinión del asunto.
Es posible que la cuestión no les soliviante y aquí celebramos el espíritu deportivo y la amplitud de miras del futbolero medio. En el fondo, la cosa no es tan rara y bien podría contarse así: un exconcejal de Urbanismo deja un ayuntamiento. A los pocos meses, dicho exconcejal se asocia con un amigote del alcalde y compra una parcela del pueblo. Y súbitamente se conoce que el ayuntamiento quiere construir un párking precisamente en esa parcela. ¿Qué hay de escandaloso en ello?
Pero ¡ah, amigos! Aquí no hablamos de dinero público. Hablamos de dinero del soci, esa masa informe, borrega y votante reincidente de la cosa nuñista. Al soci estas cosas se la sudan muy mucho porque el soci lo que quiere es meterle un buen meneo al Madrí (y a la parienta, pero mayormente al Madrí) de vez en cuando. Hablamos, además, de un mundo donde los códigos éticos son tan vaporosos y las verdades tan crudas que nos sonrojaría verle el orto al iceberg.
En fin, amigos: lamentamos la imagen de cortijo que se desprende en estos asuntos y rezamos para que la profesionalidad presida las cruciales decisiones de los fichajes. Pero en el fondo, quejas, pocas: celebramos, ante todo, la constatación de la gran verdad de nuestros días: el fútbol es, felizmente, el reflejo de todas las cafradas que hemos inventado como pueblo.
PD. Quede claro, por Dios Nuestro Señor, que si el asunto sirve para desterrar a Mascherano del once, servidora pone pasta.
4 Comentarios
You must be logged in to post a comment Login