FCB: Furia, cólera y bilis
Hablamos de un equipo que está en el primer año de su...
Al filo del abismo y un segundo antes de dar el saltito con las manos bien agarradas a la cuerda: ése es el momento idóneo para la reflexión. Y falta nos hace, cuando tenemos al Mal a horita y media de ganar su tercera Champions en cuatro años, de irse hasta las 12, de poner el 4-3 en la era Messi.
Lo cierto es que ver a La Banda en esta competición es como asistir a la entrada de un alien hambriento en una nurserie. Uno tiene para sí que, viendo los onces y sobre todo la historia, la balanza se inclina del lado de los Casemiros. Además de a Ramos, Marcelo y Modric, tienen un 11 de 14 en finales, con una última derrota que se remonta al año 81; faltaban seis años para que naciera Messi y Camacho se atrevía a tirar vaselinas. La Juve, por contra, atesora el más lamentable balance en finales de entre todos los grandes europeos: un infame dos de ocho que ha convertido el devenir de ese equipo en la competición en una verdadera pesadilla.
Pero hay algo que tal vez compense la superioridad de plantilla e historia. La suerte, amigos: no hay moneda que caiga siempre del mismo lado. Si se remontan ustedes a la final de 2014, se toparán con aquel traumático gol de Ramos en el 92’50». Si avanzan en el tiempo, ahí está la increíble y tragicómica competición lograda el año pasado por el Madrí, con rivales dignos del Carranza y una final en que marcó en fuera de juego y el rival falló un penalti en los 90 minutos para acabar con ellos en la tanda. Este año estuvieron contra las cuerdas, ya lo saben, contra el Bayern. Pero los alemanes fallaron un penalti en la ida y acabaron el partido con 10 en los dos enfrentamientos; milagrosamente, Vidal vio la roja que era para Casemiro en el momento decisivo.
Y a todo ello, si permiten, añadiría aún otra sonrisa del azar a su elegido europeo: en estos cuatro años, La Banda ha evitado a Messi en la máxima competición planetaria. Y sin enfrentarse a su kryptonita todo es más fácil.
¿En qué cojones confiamos, pues, en este rincón miope? Confiamos en el yang, amigos, en un mínimo concepto universal del equilibrio, la justicia y la sensatez. Confiamos en un partido plagado de desgracias para los chavales que juegan al servicio del Florido Jardín de Zizou, en rebotes extraños, en la suma italianidad, en errores groseros de los árbitros, en un día de inspiración de Higuaín, en que los dioses del balón se olviden por un día de premiar a los mesetarios campeones de la competitividad y el sudor para favorecer a unos verdaderos desgraciados.
Hoy puede ser un gran día. Igual tenemos un 35% de posibilidades de éxito, pero piénsenlo, ¿cuántos billetes del Gordo de Navidad comprarían si tuvieran ese 35%? Y más importante aún: ¿cómo lo celebrarían?
One Comment
You must be logged in to post a comment Login