Muchos barcelonistas se fueron anoche a la cama con la sensación agridulce que dejan las victorias rutinarias contra rivales sobrevalorados como este Milan de nyigui-nyogui. ¡A preparar el Bandicidio y el Mundialito!, pensaron muchos culés de buen corazón, sin reparar en la histórica victoria que acababan de presenciar. Efectivamente, pocas veces en la historia del fútbol ocho hombres ganaron a 14: los 11 rossoneri más Puyol, Mascherano y Abidal. Ya comentamos esta pesadilla defensiva antes, mejor queden con estos apuntes humorísticos:
1) Seedorf, a sus ochenta y tantos, corre más que Puyol.
3) El manager de Abidal ha aceptado la oferta de renovación después de comprobar que a cada partido que juega le llama Zubi con una oferta inferior a la última.
4) Gran recital en el juego aéreo ayer el de todos contra Ibra. Ni una triste bola ganaron.
5) Fue marcar Messi y darle un brote de arcadas a Ibra. ¡Qué pena!, ¿qué ha pasado?
6) Van Bommel, esa ruina, ese gol en propia meta, esas pedradas directas a Valdés.
7) Villa es oficialmente la Fundación Jefrén. En Copa y sólo si el partido esta resuelto.
8) Qué entrañable Nesta, fue uno de los mejores centrales del Mundial de Suecia en que debutó Pelé.
9) Extraordinario el Kevin-Prince-Boateng-DeTodosLosSantos: demostró que se puede ser más quinqui que Quaresma sin ser de Camas.
10) El Apoel chipriota clasificado; el Chelsea, el United y el City pueden quedarse fuera. Johnny…
Firmo Albert Martín y nací en Barcelona en 1980. A los cuatro años hablaba de fútbol y estoy atado a las miserias de este equipo desde 1987; los insultos de mi padre y mi tío a once tíos de azulgrana que perdieron 1-2 ante el Sabadell me hicieron 'culer'. Recuerdo confusamente que un día llegó Cruyff y convirtió el suplicio en arte y aquel club oxidado en hoguera de vanidades. En plena pesadilla gaspartiana vi desde Lisboa un Madrid-Barça que La Banda ganó 2-0 con gol de Judas. Luego murió Kubala y comprendí que había llegado la hora de hacerme socio. Para entonces ya sólo podía ser periodista y me acogieron en 'El Mundo', donde publiqué 'El callejón del ocho'. Después me fui a 'Público'. Durante décadas, el Barça implicó lágrimas, culo prieto y miedo a cruzarse con un kiosco. Pero nos quedaba una profecía por cumplir y se sucedieron Ronaldinho, Xavi y Messi para aclarar que éramos 'foda'. Un día de invierno me encontré con que mi Caverna había sobrevivido a mi diario y perdí ciertas vergüenzas: no me importa ya reconocer que sueño fútbol casi todas las noches.
Postdata: Aún tiro caños y no olvido una cosa que escribió Hornby: "La única diferencia que hay entre ellos y yo estriba en que yo he invertido más horas, más años, más décadas que ellos, y por eso comprendo mejor qué sucedió aquella tarde".
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