Pues sí, en esta noche de pedir lo posible y lo imposible, nos gustaría que enero nos trajera el milagro por excelencia: el regreso a la luz del Boludo Milito. Se lesionó la rodilla en el lejano mayo de 2008, en plena decadencia. Este prestigioso foro le eligió, en el Año de la Mierda (recordemos: http://lacavernaazulgrana.blogspot.com/2008/05/cero-absoluto.html), como candidato a jugador de la temporada, junto con Xavi y Touré.
Desde entonces, la operación y mucho miedo, la lenta recuperación, la recaída, un conato de depresión, las palabras de Valdano (http://www.sport.es/default.asp?idpublicacio_PK=44&idioma=CAS&idnoticia_PK=639810&idseccio_PK=803), más cirugía, más recuperación y más miedo. Así fue la vida de este central mientras sus compañeros se daban el festín de su vida y eran los jugadores más felices sobre la faz de la Tierra.
Queridos Reyes Magos, que vuelve y que su rodilla aguante. Si ha perdido velocidad, no nos importará: nunca necesitó de ella ni de de los aspavientos para adelantarse a sus rivales, sencillamente porque entendía el juego. Tampoco le hizo falta, por cierto, el brazalete para demostrar en el único año que brilló en el Camp Nou quién mandaba en la defensa.
Pocas cosas quedan en el fútbol más puras que los deseos de jugar de un lesionado. Pocas cosas pueden emocionar más a la afición que lo ha ganado todo que el regreso de Lázaro.
Firmo Albert Martín y nací en Barcelona en 1980. A los cuatro años hablaba de fútbol y estoy atado a las miserias de este equipo desde 1987; los insultos de mi padre y mi tío a once tíos de azulgrana que perdieron 1-2 ante el Sabadell me hicieron 'culer'. Recuerdo confusamente que un día llegó Cruyff y convirtió el suplicio en arte y aquel club oxidado en hoguera de vanidades. En plena pesadilla gaspartiana vi desde Lisboa un Madrid-Barça que La Banda ganó 2-0 con gol de Judas. Luego murió Kubala y comprendí que había llegado la hora de hacerme socio. Para entonces ya sólo podía ser periodista y me acogieron en 'El Mundo', donde publiqué 'El callejón del ocho'. Después me fui a 'Público'. Durante décadas, el Barça implicó lágrimas, culo prieto y miedo a cruzarse con un kiosco. Pero nos quedaba una profecía por cumplir y se sucedieron Ronaldinho, Xavi y Messi para aclarar que éramos 'foda'. Un día de invierno me encontré con que mi Caverna había sobrevivido a mi diario y perdí ciertas vergüenzas: no me importa ya reconocer que sueño fútbol casi todas las noches.
Postdata: Aún tiro caños y no olvido una cosa que escribió Hornby: "La única diferencia que hay entre ellos y yo estriba en que yo he invertido más horas, más años, más décadas que ellos, y por eso comprendo mejor qué sucedió aquella tarde".
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