El odio honorable

«El fet que el jueu no estimi el cristià, ni l’irlandès l’anglès, ni el guerrer indi toleri pensar en els americans, no és cap vergonya de la naturalesa humana; de fet, és més aviat honorable, perquè depèn d’ultratges tan antics com la raça mateixa«.

Robert Louis Stevenson, L’emigrant amateur

Llega La Banda al Camp Nou y el barcelonismo, feliz y estremecido, se une ante los televisores de medio mundo para pitar, gritar, insultar y escarniar al odiado rival. Sanísima costumbre, que no declina con los años y que incluso va a más gracias a Florentino y sus alegres mercenarios.

El partido tiene muchas claves. Una, que no puede ser decisivo con todo lo que falta y una diferencia de puntos tan pequeña. Otra, el goal average. Ver cómo afecta el cansancio del City. Será bueno ver qué clase de jaula prepara Ancelotti para La Bestia y si Kroos se adueña del partido con la insultante suficiencia del partido de ida, más teniendo en cuenta que posiblemente Busquets no estará sobre el césped.

Como siempre, el Clásico es más difícil para quien llega más desahogado, y eso perjudica al Barça. En efecto, el campeón de Europa de córners llega tocado y perdiendo quedaría a cuatro puntos; eso bastaría para pensar que la suerte y cierto espíritu de supervivencia pueden darles un plus a Ramos y compañía.

Pero amigos, permítanme, la cosa no va hoy de fútbol. La cosa va de esos pitos, gritos, insultos y escarnios. La cosa va de decirle a esa gente “vuestro mundo es infame, piráos de aquí”. La cosa va de decirles que da igual que aparezcan con Buyo, Hierro, Figo, Pepe o Cristiano, que aquí siempre tendremos la misma consideración de ellos. Sin esto, convendrán, la vida sería posiblemente más civilizada, pero ni la mitad de hermosa.

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