La verdadera derrota

Así de mal sabe la derrota, ésta es la textura de la eliminación europea con La Banda aún viva. Qué infame el sabor de la ceniza. Vean los telediarios, surquen la red, regodéense en las portadas. Háganlo, porque sólo así volveremos. Y dicho eso, procedamos a la autopsia.

El 2-0 de anoche, con el KO de un equipo construido para marcar una época, dejó en mi Whatsapp muchas acusaciones, muchos improperios, que nos gustaría aquí detallar. Con permiso de ustedes:

• Al Barça le faltó actitud. Falso. Ustedes han visto el partido y han visto a los jugadores volcados, pidiendo el balón a pesar del cagatió, han visto a La Bestia ganarle un sprint defensivo a Carrasco.
• El Atleti lo quiso más que el Barça. Verdadero. Es el peaje de ganar tantísimo. ¿Cómo va a querer la Champions más Piqué, que tiene tres en azulgrana, que Godín, que perdió una a falta de diez segundos? Seguramente es sensato comprender esto sin llamar golfos, vividores y puteros a todos los nuestros.
• El Barça tiró la eliminatoria. Falso. A idéntico intercambio de golpes, y recordando la avalancha del segundo tiempo del partido de ida, es probable pasar. No fue así, pero esto es la Champions y por eso es tan difícil, y tan grandioso, ganarla.
• El tridente no ha estado. Verdadero. Griezmann tuvo la gracia de desaparecer en enero y febrero para llegar ahora a punto. Messi, Neymar y Suárez están ahora un puntito por debajo de su mejor nivel. Nos queda la duda de si en ese vestuario lleno de científicos, laboratorios, gadgets y mierdas, podrían haberlo previsto de alguna manera.
• El Atleti da asco. Falso. El Atleti es un ejemplo de un colectivo al servicio de una idea. El equipo más equipo de Europa, aunque puede que con eso no les llegue al final. Si a alguien le parece indigno su fútbol, que se haga fan de Federer y de alguna otra disciplina sin negros ni uruguayos.
• El árbitro nos ha robado. Falso. ¿Era fácil de ver el penalti por mano? Podríamos mostrar un poco de grandeza evitando los barrizales favoritos de La Banda y sus gentes.
• No tenemos banquillo. Cierto, pero ya lo sabíamos y estamos en nuestro límite salarial. ¿De verdad vamos a protestar ahora por la plantilla que tenemos, con la que ganamos todo? ¿No nos quedan arrestos para felicitar a un rival con menos de un tercio de nuestro presupuesto?
• Hemos parecido el equipo del Tata. Falso. Seamos serios, por Dios. Que por aquel entonces, Sex jugaba por decreto. Que en este desastre hasta Arda ha estado enchufado.
• Se viene efecto dominó: lo perdemos todo. Falso. Si hay algo que pueda despertar al equipo es este hostión. Desde el dolor de la derrota se construyen los éxitos, y tal vez hoy hayamos ganado dos competiciones. ¿Le parecen a ustedea menores? Quizá va siendo hora de que comprenda la dificultad inmensa de ganar en este juego.
• Desde la muerte de Cruyff no levantamos cabeza. Cierto. Así honramos a nuestros dioses: con una huelga de balones caídos. Es bello, al menos, pensar que el fin del duelo oficial no lo marca una directiva nuñista que invita a Gaspart al palco, sino La Bestia. Suyo es el fútbol y en cuanto se arranque el luto nos será comunicado.

Tal vez ustedes se pregunten si en esta Caverna estamos esta noche al borde del suicidio, como corresponde. La respuesta es sí. Rotos, rotos, rotos. Pero no sólo por la derrota: contra este Atleti, y viniendo de donde venimos, siempre se puede perder. Estamos hundidos por la fragilidad emocional del culé, por esa desconfianza hacia este equipo, hacia estos jugadores. Si de Cruyff aprendimos algo es que para ganar hay que merecerlo. En una noche así, nos encantaría preguntarle qué se merece esta afición.

Puede que ésa, y no otra, sea la verdadera derrota.

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