Aplaudí con fruición durante la hora y media de masacre e hice un poco de memoria. Una vez más, un recital extraordinario en el campo, una vez más, una absoluta falta de vértigo competitivo en la grada. Estas fases de grupos son un fraude en que el riesgo de eliminación es prácticamente cero siempre y cuando uno no esté en el Grupo de la Muerte de turno (donde este año, por primera vez en la historia, estará La Banda).
Ustedes ya sabrán que sólo en tres ocasiones el Barça palmó a estas alturas (97-98, 98-99, 00-01). Pero desde que Núñez y su heredero se fueron, el Barça ha jugado ya 19 partidos en casa en estas liguillas infames; ganó 14, empató tres y perdió dos, pero las derrotas nunca fueron decisivas; en total, 51 goles a favor y 14 en contra. Por eso propongo que desde ya nos refiramos al Gamper 2.0 cuando nos toque hablar de esta fase.
Varios detalles acreditan que en ningún momento dudó nadie de la paliza:
1) Al marcar Govou, el Camp Nou animó. Insólito.
2) En ese mismo instante, la cara del entrenador griego era la del pánico a las represalias.
3) Boumsong, un gran demócrata, tuvo a bien insultar a la Bestia Parda.
Pero sin duda, lo mejor de la pachanga fue esto: observen, en pleno himno händeliano, cuando a los sensibles se les pone la piel de gallina, la actitud de Messi.
En definitiva: estaba cantado, a estas alturas todo el mundo sabe ya que el Gamper es un paseo.
Firmo Albert Martín y nací en Barcelona en 1980. A los cuatro años hablaba de fútbol y estoy atado a las miserias de este equipo desde 1987; los insultos de mi padre y mi tío a once tíos de azulgrana que perdieron 1-2 ante el Sabadell me hicieron 'culer'. Recuerdo confusamente que un día llegó Cruyff y convirtió el suplicio en arte y aquel club oxidado en hoguera de vanidades. En plena pesadilla gaspartiana vi desde Lisboa un Madrid-Barça que La Banda ganó 2-0 con gol de Judas. Luego murió Kubala y comprendí que había llegado la hora de hacerme socio. Para entonces ya sólo podía ser periodista y me acogieron en 'El Mundo', donde publiqué 'El callejón del ocho'. Después me fui a 'Público'. Durante décadas, el Barça implicó lágrimas, culo prieto y miedo a cruzarse con un kiosco. Pero nos quedaba una profecía por cumplir y se sucedieron Ronaldinho, Xavi y Messi para aclarar que éramos 'foda'. Un día de invierno me encontré con que mi Caverna había sobrevivido a mi diario y perdí ciertas vergüenzas: no me importa ya reconocer que sueño fútbol casi todas las noches.
Postdata: Aún tiro caños y no olvido una cosa que escribió Hornby: "La única diferencia que hay entre ellos y yo estriba en que yo he invertido más horas, más años, más décadas que ellos, y por eso comprendo mejor qué sucedió aquella tarde".
12 Comentarios
You must be logged in to post a comment Login