Liga

Supersticiones

10 noviembre , 2014

Convendrán que la imagen del Barça fue el sábado triste y preocupante. Luis Enrique cree que fue «el peor» partido del equipo y la tercera derrota seguida estuvo cerca durante muchos minutos. Sin embargo, en este agujero vemos motivos para el optimismo. Como hemos reiterado, el Barça es un equipo tierno y por estrenar. Entrenador nuevo, porteros nuevos, centrales nuevos, volante nuevo, estrella nueva. A ello se añaden las nuevas variantes tácticas y los problemas físicos y bajo estado de forma de un buen montón de tíos. 

Con este panorama, estar a dos puntos de La Banda en liga y ya en octavos de la Champions resulta tranquilizador. El equipo es frágil, pero suda de lunes a viernes y en consecuencia también sabe sufrir durante los partidos. Los futbolistas entienden que hay que correr más que el rival y su cara es la de quien sabe que le olerán la camiseta para decidir el siguiente once. Y hay que creer en que el juego volverá, hay que darle tiempo a la criatura y recordar que el verano siempre llega. 

Pero amigos, no era nuestro objetivo hacerles abrazar a Paulo Coelho. Me gustaría hablarles de un detalle minúsculo que nos ha parecido trascendente. Ustedes saben mejor que nadie que Leo Messi no sólo heredó de Ronaldinho en 2008 el diez y su condición de prima donna, sino también el privilegio de ser el último en salir al terreno de juego. Véanle aquí, en el primer partido que disputó en la Champions de 2008. Hasta ese momento, si Ronnie estaba en el campo, salía penúltimo. Había en eso mucho de jerarquía y algo de superstición y con el tiempo, fue él quien pasó a cerrar la formación. Y puede parecerles una estupidez, pero hablamos en realidad de un código futbolero sagrado: La Bestia Parda, el mejor, sale el último.

Ocurrió así en el Bernabéu, el día del debut de Suárez. Contra el Celta, Messi salió el primero como capitán de un equipo donde Xavi e Iniesta estaban ausentes, y Neymar fue el último hombre. De nuevo, derrota. ¿Qué hace el mejor uruguayo del planeta cuando al llegar al momento más esperado de su carrera encadena dos derrotas? Absolutamente todo lo que sea necesario. Y uno no sabe qué pudo pasar, pero no cuesta imaginar al de los dientes acercándose a La Bestia y hablándole así:

-Dejáme salir último, Leo, me da suerte. Siempre salí último con Uruguay, con el Liverpool. No salí último contra el Madrid y nos rompieron el culo, tampoco contra el Celta y perdimos. Dejáme, dale.

Y tras la charla, llega el Ajax y, sorpresa, se altera el orden cósmico de las cosas y se produce la imagen que precede esta entrada, esta salida al campo que deberíamos grabarnos en la memoria. Recuérdenla porque sabrán que en este equipo tierno hay gente hipercompetitiva, un líder que quiere volver a la cima y algún psicópata dentudo capaz de pelearse con el Dios del fútbol por ganar. Recuérdenla, porque tras esa salida al campo la suerte nos acompañó en Amsterdam y se produjo la remontada en Almería. Quién sabe qué seguirá.

Es posible que ustedes no sean supersticiosos. Sería una pena: se perderían parte del milagro del fútbol, se perderían el vértigo de creer.

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