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El horror viste de azulgrana

  • Las notas (y III). Trolas, horrores y el niño Dios

    Tanta gente y tan pocas personas. No sé si alguna vez hubo menos calidad en la delantera del Barça. Habría que montar a un task force con paleontólogos, poceros y Xevi...

  • Crimen y silencio

    Aquí yace el Barça, y no es un hermoso cadáver el que ocupa el ataúd. Joder, se nos caen las lágrimas, qué vacío, la muerte de un joven, miren que prometía...

  • Dembélé: Bartomeu jugaba de extremo

    La escena tiene lugar, discúlpenme por esto, por todo, en la temible R3 de Rodalies. Un viaje sin incidentes, con un pequeño retraso. Se suceden los horrores vallesanos, Plaza Catalunya queda...

  • El gran culpable

    No busquen psicodramas en su caverna de confianza, tampoco complicidad con los octubristas de la antorcha. El duelo se hizo, y no cambianos una coma. En esta noche de ceniza (la...

  • Kill Paff

    Un velocista sale disparado en plena avenida, gana impulso, desafía al viento, verdaderamente parece que va a volar -hasta el momento fatídico en que se rompe un tacón, cae y pide...

  • La pasión curda

    Te juegas la Liga y viene el Atleti justo el día que acabas de pagar la condena. Han sido cinco años, con sus 1.825 noches, pagándole la juerga a Arda Turan....

  • El número negro

    Bastaría con decir que el siete es el número que lució Alfonso Pérez en el Camp Nou. Que el pobre Pedro no es ni la sombra de sí mismo desde que...

  • Los cates (II): La obra de Sex

    Triste pero cierto. La cocina de nuestro fútbol, de donde antes salía una delicatessen inigualable en todo el planeta fútbol, se ha convertido en una fritería de calamares. Ninguna línea es...

  • El horror viste de azulgrana (IV). Alfonso.

      Que el patatal del Getafe llevara su nombre debería habernos hecho sospechar. Fueron los propios vecinos de esta localidad los que oficiaron en votación el bautismo, cosa que, vista en...

  • El horror viste de azulgrana (III): Geovanni

    Llegó al aeropuerto del Prat en verano de 2001 y le pusieron un micro en la boca. «He venido a ganar el Balón de Oro». Y decenas de miles de adolescentes...

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