El horror viste de azulgrana

La pasión curda

1 julio , 2020

Te juegas la Liga y viene el Atleti justo el día que acabas de pagar la condena. Han sido cinco años, con sus 1.825 noches, pagándole la juerga a Arda Turan. 40 millones de euros, menos lo que hayamos podido ahorrar atracando en las cesiones. Y claro, qué cojones vas a ganar, si aquello es poco menos que un homenaje al vividor turco.

Vayamos, som-hi tots, con la crónica del partido:

Importante empezar por significar que la inmensa incompetencia y abulia y paz de espíritu del estafador turco nos costó un empate en el último minuto en el Camp Nou contra La Banda. Que se preguntarán, desde la tranquilidad del cuatrienio, y qué. Pollas, y qué: una Liga entera, nos costó.

Le resten al Mal el punto que ganó, le sumen al Barça los dos puntitos que dilapidó la mafia turca y voilà, una santa Liga.

Importante también, para explicar el letal empate del Camp Nou, es conocer que la dirección del Casino de Barcelona, carrer de la Marina 19-21, donde el hotelaco inmenso, estudió seriamente la posibilidad de crear un reservado en agradecimiento y contribución al ingente gasto que desembolsó Arda durante sus años de relajo en la capital catalana. Un raconet donde pudiera gastar tranquilo sus estalvis, lejos de las miradas de los curiosos, y donde pudiera invitar también a sus dos partners in crime de la época. Así de bien nos rindió el simpático barbudo amigo de la apropiación indebida.

Y sí, el 2-2 de esta noche tiene un último algo que conviene tener en cuenta. En un mundo hiperprofesionalizado, donde los detalles son la vida, el Barça lleva un lustro reforzando la medular con Paulinhos, André Gomes y el Doctor Shawrma, además del Becerra y la barbarie chilena. Y claro, la pilota no ha volgut entrar.

Hay más, amics, más además de que si los penaltis y Mateu y no sé qué. Han de saber ustedes que cuando se conoció que en interregno del 2015 el Barça quería a Arda, cada puto día, cada uno de ellos, un ejecutivo del Mal llamaba a un destacado personaje del entorno culer para preguntar por el fichaje:

-¿Se ha hecho?

-¿De verdad quieren hacerlo?

-¿Ha firmado?

-¿En serio vuela para allá?

Cuando llegó la confirmación, se abrieron botellas de champán en Madrid. Ahí sí sabían la magnitud del fraude erdoganista que había contratado el Barça por 40 millones de euros. ¿Quién fichaba entonces en el Barça; por qué no supimos lo que era de dominio público? Tal vez porque no había secretario técnico: Zubi había sido purgado y Robert no llegó hasta julio. ¿Quién mandaba? El mismo de ahora, el presidente, que créanme, no es exageración, sabe exactamente lo mismo que usted del salto con pértiga.

Arda, una chifladura de Bartomeu, amparada también por el pésimo gusto futbolístico de Luis Enrique, nos había costado hasta hoy unos dineros y una Liga. Ya sabemos que en realidad la pasión curda nos robó dos.

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