Escribe Quique Setién que el Barca es su prfincipal favorito para ganar la Liga, y donde hable un diez que calle el resto. Sin embargo, cuesta compartir su entusiasmo, que radica principalmente en el convencimiento de que los azulgrana, de la mano de Guardiola, han recuperado las ganas de sufrir, trabajar y ganar, tal vez el unico requisito indispensable para llevarse el titulo. A ese dao el Barca puede añadir varios factores. A saber:
1) Con Alves, vuelven las llegadas por banda y la superioridad numerica en campo rival.
2) Xavi e Iniesta están ante la oportunidad de su vida: manejar el equipo sin pedir permiso y ponerse al nivel de los mas grandes.
3) El equipo parece dispuesto a presionar en campo contrario.
4) Eto’o vuelve a tener, dos años despues, algo que demostrar, igual que Henry.
5) El Madrid es tan malo como era, y con menos ganas tras tres títulos.
6) Messi: el jugador más desequilibrante del mundo se enfunda este año el diez y tiene ganas de ganar el que será de verdad su primer campeonato.
Sin embargo, el Madrid parece seguir con ese indestructible espíritu, que vendrá espoleado por la gestion de Txiki: no olvidemos que la delantera titular del Barca anoto el anyo pasado sólo 38 goles. Si se le añade el papel de Bojan, primer suplente, 48. Y si se suma a Hleb, Iniesta, y Pedritito alcanzamos la ridicula cifra de 53 tantos, algo impropio de una delantera que aspira a algo, donde sus seis delanteros deberian sumar unos 80 goles.
Mañana es domingo, día del señor. Aleluya: por fin el fútbol.
Firmo Albert Martín y nací en Barcelona en 1980. A los cuatro años hablaba de fútbol y estoy atado a las miserias de este equipo desde 1987; los insultos de mi padre y mi tío a once tíos de azulgrana que perdieron 1-2 ante el Sabadell me hicieron 'culer'. Recuerdo confusamente que un día llegó Cruyff y convirtió el suplicio en arte y aquel club oxidado en hoguera de vanidades. En plena pesadilla gaspartiana vi desde Lisboa un Madrid-Barça que La Banda ganó 2-0 con gol de Judas. Luego murió Kubala y comprendí que había llegado la hora de hacerme socio. Para entonces ya sólo podía ser periodista y me acogieron en 'El Mundo', donde publiqué 'El callejón del ocho'. Después me fui a 'Público'. Durante décadas, el Barça implicó lágrimas, culo prieto y miedo a cruzarse con un kiosco. Pero nos quedaba una profecía por cumplir y se sucedieron Ronaldinho, Xavi y Messi para aclarar que éramos 'foda'. Un día de invierno me encontré con que mi Caverna había sobrevivido a mi diario y perdí ciertas vergüenzas: no me importa ya reconocer que sueño fútbol casi todas las noches.
Postdata: Aún tiro caños y no olvido una cosa que escribió Hornby: "La única diferencia que hay entre ellos y yo estriba en que yo he invertido más horas, más años, más décadas que ellos, y por eso comprendo mejor qué sucedió aquella tarde".
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