Cavernícola

Oda a unos gayumbos

31 julio , 2012
 

Cualquier aficionado a este deporte sabe que superstición y fútbol son dos enamorados intempestivos, vigorosos y entregados. Los raptos amatorios de esta relación se suceden en los vestuarios, en los banquillos, sobre el césped, en las gradas y, por supuesto en los cajones de la ropa interior. Cuántos futboleros esconden allí, dobladitos y pacientes, su amuleto inmortal, su sufrido Excalibur.

Permitan, pues, que les hable de mis calzoncillos, me veo en la urgencia de hacerlo. Fueron unos fieles compañeros de viaje desde el horror gaspartiano. Se dieron de sí con Ronaldinho y sufrieron la corrosión imparable de los aminoácidos con la explosión de Messi y compañía. Al principio los usaba como escudo en cualquier desplazamiento complicado, en partidos importantes.  Vivieron infinitos desastres y, por supuesto, el horror del Tamudazo. Con el tiempo y el éxtasis, aprendí a reservarlos; sólo precisaba de sus oscuros poderes en las grandes citas. La cosa tenía su enjundia, ya que debía estar seguro de que estarían en el cajón antes de cada partido a vida o muerte. En los rigores de mayo convenía, ya imaginan, lavarlos sin demora para ajustarse al calendario. Y no les engañaré: ¡cuántas veces fue imposible lavarlos a tiempo, y tuvieron que cambiar, pobres, el confort de la bolsa de la ropa sucia por mi aterrorizada entrepierna! Ése fue el caso de nuestra mejor noche, la del Iniestazo: siempre les agradecí secretamente aquel alarido en Stamford Bridge.

El último capítulo de estos héroes del balompié se ha comenzado a escribir esta mañana. Forzado por la necesidad, me los he puesto, para descubrir con horror que se habían dado de sí, que a duras penas cumplen su sórdida función, piden a gritos una jubilación y pasar al cielo de los gayumbos. Pero tal vez aún puedan dar de sí: es mucho lo que han dado, me han acompañado desde muy lejos y a lo mejor aún obran milagros, aunque no sea como calzoncillos, sino como astroso y deforme pañuelo. Mientras yo estudio el caso de mi amuleto, y confronto mis supersticiones y mi fe con mi escaso raciocinio, hagan ustedes un ejercicio similar y valoren la eventual renovación de Puyol.

11 Comentarios

You must be logged in to post a comment Login