Despedida

Uno de los nuestros

12 julio , 2012

La muy íbera costumbre de embellecer las biografías de los difuntos en cuanto traspasan siempre nos pareció una estupidez. No nos engañemos, pues: cada una de las 173 veces que Keita salió al campo como azulgrana y dejó en el banco a Iniesta, a Xavi, a Busquets o a los niños del filial, algunos nos llenábamos de melancolía y pensábamos que nuestros días están contados y que el fin se avecinaba.

Fue un jugador honrado, serio, a días hasta parecía que aprendía a jugar al primer toque. Anotó goles que no eran goles, sino obras maestras, combinó con futbolistas que dentro de 100 años estarán en la memoria colectiva y jamás lloró por haber ido a parar al único equipo del planeta en que había cinco centrocampistas mejores que él.

Pero ahora que ha tirado su carrera por la borda para ir a China a lucrarse, Keita nos recuerda ante todo que es en la cocina del vestuario donde se ganan los títulos; allí él era imprescindible. La devoción que sintió siempre Guardiola nos recuerda la distancia que hay entre los informadores y opinadores y los que verdaderamente sabía lo que era el Barça. En realidad, el equipo de los 14 títulos fue un equipo con gente muy generosa y muy competitiva. Y todo apunta que eso, precisamente, es lo que echaremos de menos el año próximo. O la lista de bajas de vacas sagradas empieza a crecer o ya nos podemos acostumbrar a la inaudita sensación de escuchar: «Esto con Keita no pasaba».

Adiós, Seydou, lúcrese a fondo, que el mundo está muy mal. Nuestras disculpas si nunca le aplaudimos como merecía. Pero sabemos que su presencia, en esos 14 pósters, fue imprescindible.

8 Comentarios

You must be logged in to post a comment Login