Blanco impoluto

2014: Año del Orco

1 enero , 2015

En la vida y en el fútbol a veces toca besar el suelo, tragar ceniza, sufrir, llorar, enlutarse y maldecir. A veces toca y ésas son experiencias revigorizantes sin las cuales resulta imposible construir nada.  Por eso el 2014 podría ser un año fundamental para el futuro del Barça: difícilmente habrá un año en los próximos decenios en que comamos tanta mierda a carrillos llenos. 

2014, Año del Orco, ha sido el de una yegua desbocada llamada Bale desnudando al Barça en una final infame en que tuvimos la desvergüenza de marcar de córner. De córner, sí, como si fuéramos el Mordor Club de Fútbol. Semejante horror de final llegó como consecuencia perfecta a los desvelos y maniobras de una directiva empeñada en destruir cuanto amamos.

Con un fútbol sin fulgor y un Messi masacrada desde los propios despachos de Aristides Maillol, tampoco alcanzó para ganar la Liga. El desenlace fue justo: el equipo, anémico, no logró ganar ni al Elche ni al Atlético en casa; con un solo triunfo en esos partidos habría bastado. Pero para entonces ya éramos la obra de un presidente a la fuga empeñado en superar a Gaspart como el peor de la historia de un club centenario. 

Pero 2014 no sería el año del Orco sino fuera por un gol de córner de Sergio Ramos en el minuto 92. Ese azar, ese milagro futbolístico, es el instante que de verdad ha convertido el año en un suplicio. La Banda de Florentino, el mismo artefacto tóxico de tiempos de Mourinho, ha logrado vender una imagen de éxito y gloria que empieza y acaba ahí, en ese puto remate de cabeza de un no menos puto saque de esquina que cedió, absurdo y genuflexo, el amigo Villa. 

Y con esa proeza de Ramos, verdadero artífice de este Madrid exitoso, se desató el infierno. Florentino aparece rehabilitado en el planeta fútbol y se permite dar lecciones, como si no hubiese sido él el responsable de la vergüenza mourinhista. Un plantel de estrellas mercenarias adictas al contragolpe pasa ahora por ser la referencia del planeta fútbol. El broche coprógafo ha llegado estos días desde Dubai. Qué bello ha sido ver a La Banda en pleno, con Mendes a la cabeza, rodeada de jeques que en su vida han tocado un balón pero que se sienten legitimados para dar premios. Su lógica es arrolladora: si La Banda, que sólo es un montón de dinero y un tío que remata un córner, está en la cima del mundo del fútbol, también ellos, que tienen aún más pasta, deben de entender mucho del asunto.

En fin. El año ha sido una tortura terrible e incesante para el pueblo azulgrana, pero de este horror sólo pueden salir cosas buenas. Convendría recordar para siempre este año para que algunos recuperen el hambre, para no olvidar que odiar tanto al Mal es poco menos que un deber cívico y para que el soci aprenda a votar. Sobretodo, convendría recordar este puto 2014 para que el Año del Orco no se comprenda en la Era del Orco.  

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