FCB: Furia, cólera y bilis
Hablamos de un equipo que está en el primer año de su...
Algunas noches de Champions deparan sexo y desenfreno, otras nos sumen en depresiones abismales, de vez en cuando nos dejan fríos e indiferentes. La de ayer fue distinta, rara y preciosa.
De la mano de Händel, pitado anoche por obra y gracia de la UEFA y su estúpida política sancionadora, la mejor competición del mundo nos regaló un formidable viaje en el tiempo. El salto por la cuarta dimensión nos depositó exactamente en una noche de hace 15 años, idéntico escenario, idéntica proximidad de la Mercè.
Visitaba el Camp Nou el Milan. Fase de grupos, frialdad ambiental. Un tal Lorenzo Serra Ferrer en el banco azulgrana, un tal Juan Gaspart en la tribuna presidencial. El onche del Barça lo integraban Ni Olvido ni Perdón Dutruel; Reiziger, Abelardo, Frank de Boer, Barjuan, de trofeos Barjuan; Cocu, Gerard, el de latrocinios Gerard; Simao, De la Peña, Rivaldo; y don Patrick Kluivert. Ya saben ustedes de qué negruras les hablo: a pesar del millón de proezas de Rivaldo, ese equipo no tiraba. Y bien lo demostró esa noche.
En su crónica del partido, Besa habló de “tortura psicológica para el Barcelona”, destacó que el equipo azulgrana “perdió racionalidad, cada vez más atrapado, entregado a su desdicha”. Todo ello podría decirse del desastre de partido que firmaron anoche los azulgrana. Las ocasiones le caían a Sandro, Neymar quiso hacer de héroe como el Rivaldo de las malas noches y el juego fue deslabazado y triste.
Tal fue el espectáculo que hasta se oyeron pitos de la grada para el campeón de Europa. Antes de que visitemos todos al psiquiatra o de que optemos por bañarnos con la tostadora, conviene analizar bien la naturaleza de los pitos: los hay de protesta institucional (en el 2000 comenzaba la negra noche gaspartiana y por aquel entonces nos doctoramos en esta pieza musical), los hay puntuales y furioso por pura desesperación deportiva, y los hay como los de ayer, que fueron un puro acto reflejo: los perros de Paulov salivaban al escuchar un pitido; el público barcelonista pita al presenciar espectáculos genuinamente gaspartianos.
Porque en efecto, aquel 26 de septiembre de 2000 el rival se adelantó con un remate de cabeza del amigo Coco en una jugada a balón parado que merece ser explicada. ¿A quién le ganó el salto el lateral italiano? A Gerard, joder, qué cosas de preguntar. ¿A quién le comieron la tostada ayer en el gol alemán? A Mathieu, que tuvo los santos huevazos de escaquearse del lugar de los hechos cuando Ter Stegen señalaba equivocadamente a Suárez. Todo ello en un ambiente desangelado, con un juego que era un dolor, un homenaje al Rexach entrenador, a todo aquello que fuimos no hace tanto, cuando nos eliminaban de las fases de grupos, cuando cosas como el Leeds United se veían legitimadas para echarnos de Europa.
Pero amigos, nuestro vuelo sideral terminó bruscamente en el minuto 80. Un minuto, dos goles. Un minuto feliz en que celebramos el poder mirar al banquillo y no ver a Serra Ferrer; asentimos, sabihondos, al mirar a la tribuna y ver a los legítimos heredores del gaspartismo ahí instalados; nos felicitamos porque nunca más seremos el juguete roto de aquella era miserable, en que ni por juego ni por fe merecíamos nada. Lógico. En otoño del 2000 no habíamos cruzado dos veces el desierto después de llegar a lo más alto, no habíamos conocido le gloria de la mano de Messi, no habíamos descubierto a Xavi, Iniesta ni Busquets. La autoestima de aquel equipo cabía en un cenicero, este equipo campeón parece haberse propuesto batir el récord mundial de partidos gaandos por los pelos y con la enfermería rebosante.
Tampoco habría que olvidar que en septiembre de 2000 no teníamos a un uruguayo como el que tenemos ahora: cuando gritó gol, ya lo vieron, dijo, textualmente, «adiós, Lorenzo, adiós, Gaspart, adiós Barjuan. Nunca más vuestra mediocridad. Aquí tenemos orgullo, aquí queremos ganar». Ah, el 2000. Fue hace sólo 15 años, pero aún nos avergüenza y su recuerdo, de un modo retorcido, nos reconforta en noches como la de ayer.
5 Comentarios
You must be logged in to post a comment Login