Chorreos

Frío purificador

20 enero , 2017

Menos cinco grados centígrados. Ésa es la mínima en Valdebebas esta semana y con ese fresquito entrenarán esta semana Los Invencibles. La Banda, que lleva meses haciendo un arte de la capacidad de ser un poco mejor que todos sus rivales, se ha encontrado en plena ola de frío con la cruda desnudez de su juego.

Seamos claros: el Madrid de Zidane tuvo algo más que potra más asombrosa que se ha visto jamás para ganar la Champions más indigna de la que tenemos memoria. Tuvo concretamente a Ramos y un escudo, y tuvo también a un tío llamado Modric, actualmente el mejor centrocampista de la Liga, aunque felizmente no el de más talento, que es nuestro y luce el ocho.

Sumemos a estos ingredientes -del cual la potra es el más decisivo- la millonada formidable que quema el club anualmente desde siempre para comprender que es un equipo peligrosísimo. Y para acabar el cóctel, añadan una preparación física idónea para ir como motos en pleno diciembre y lograr un Mundial de Clubes que incluyó un pequeño atraco a unos esforzados nipones.

Pero en fin, nada sino la santa potra blanca explicaba la racha de 40 partidos sin perder. Cuarenta, una barbaridad. Pero además de un grandioso orgasmo para el Calvo Chip, son también una formidable acumulación de potencial mala suerte. Ha quedado ya acreditado que en Champions un Bosingwa o un Casemiro pueden acabar ganando, en la Liga eso sencillamente no ocurre. Todo se compensa y todo vuelve. Y aquí, en el sofá, bien tapaditos, asistiremos felices a la caída.

No se entusiasmen esperando otras 38 derrotas consecutivas, no es eso. Pero la marea bajará y veremos que ciertos bañistas pechopalomos aparecerán sin bañador y con humildes cacahuetes por todo bajo vientre. Y lo veremos con un Barça que vuelve a rugir, pese a un inicio de año terrorífico con doble ración de los amigos de Bilbao, el Villarreal, Anoeta y grandes dosis de infortunio.

Háganse un favor: cuando mañana asomen la nariz a la calle y sientan la inconfundible sensación del meñique del pie izquierdo entrar en congelación, sonríanse y piensen en aquel averno antártico llamado Valdebebas. Bienvenido el frío, bienvenidos ciertos esprints defensivos de La Bestia Parda, que nos hacen recordar aquel renacer de enero de 2015. Entonces había también temperaturas polares y veníamos de sufrir el Año del Orco. Pero en nuestro equipo jugaba La Bestia y una decena de animales competitivos. Por alguna razón, vuelven a tener cara de querer pelea. Una cara que recuerda misteriosamente a la del frío purificador que barre la Meseta.

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