Blanco impoluto

Españoles…

28 julio , 2009

Una de las grandes fenómenos del verano es que la estupidez patriotera ha vuelto a atacarnos. No fue La Roja, no. Ha sido algo peor: la profusión de comentarios sobre la perentoria necesidad de «fichar españoles». Todo comenzó, cómo no, en la cabecita de Floren. «Si somos el equipo de España hay que tener españoles», le diría a Valdano. La idea era clara: galaxia multinacional y complementos patrios. De este modo, el Salvador del Balompié justifica que los colores de la rojigualda ya sean más del Madrí que el blanco. “Un equipo español siempre necesita una base española”, concluía Salgado, ese filósofo del balón.
Pero claro, Valdano comprobó que no puede fichar a Puyol, Xavi, Iniesta, Piqué ni Busquets. Ni tampoco a Torres o Villa. Mata no, que es un traidor. Senna, negro. Parece que de momento se conformará con Albiol (el de la fobia al escudo http://www.superdeporte.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009070200_2_65622__Valencia-CF-Albiol-obligado-besar-escudo-Madrid), Arbeloa (suplente de Ramos) y Alonso (suplente del negro). Más o menos buenos, pero españoles, joder, como la cabra de la Legión, el no saber idiomas y el pronunciar /Bécan/.
Pero la estupidez tiene alas y no tardó en llegar a Barcelona. «Laporta descubre el sabor español con su apuesta por Villa», tituló hace unas semanas La Vanguardia, que explicaba que bajo el mandato de Johnny La Potra el Barça sólo ha fichado, de 33 tíos, a tres españoles que no tuvieran un pasado en la cantera: Mario, Ezquerro y Pinto [pausa dramática y pelos que se erizan].
A estas alturas de siglo XXI, con la Ley Bosman ya asumida, con ejemplos como las capitanías de Cocu en el Barça, la de Larsson en el Celtic, Karpin en el Celta y un infinito etcétera, ya deberíamos saber que los futbolistas son piratas apátridas, leones del Serengeti que no tienen la menor idea de si reinan en Tanzania o en Kenya, buscavidas que lo último a lo que atienden es a eso de la nacionalidad.
Lo que sí da un punto más de cohesión y fanatismo a los vestuarios es que muchos de sus jugadores salgan de la cantera. Del mismo modo que un león cuida de su camada, Valdés y Puyol saben mimar a Messi o Bojan. Pero claro, como la cantera del Madrí es como la prosperidad de Afganistán, Florentino apuesta por fichar españoles. Desde aquí un consejo a Floren: en vez de españolizar su equipo, podría pelirrojizarlo, rescatando a Prosinecki, Scholes, Butt o Duff. O hacer un equipo de tíos que hayan engendrado, por ese orden, un niño, una niña y tres trillizos varones. O recitar cada noche, ante el espejo, la siguiente frase: «Españoles… La estupidez ha muerto».

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