Viendo la plantilla con que empezó el año II en la Mansión Playboy, uno miraba a la medular y se echaba a temblar: cinco tíos para tres plazas. Con un lesionado, las miserias ya eran notables. La furia de Pep mantuvo a los cuatro restantes enchufados hasta el final y han logrado seguir impartiendo tratados de buen fútbol. Ahora, desde el Olimpo, llega el trágico momento de dar pasaporte a un tío que ha dado mucha gloria y mucho sudor al club para darle los dineros que se había ganado al Figo de Arenys. Un sindiós inexplicable que, además, nos dejará la cartera seca.
Busquets. Cachalote. 8. ¿Han visto Océanos? La imagen de las ballenas saltando por los aires, flotando a cámara superlenta, recuerda a esos regates maravillosos que hace nuestro larguirucho favorito. En esta Caverna siempre hemos sentido debilidad por su sabiduría, descaro y habilidad sobrenatural para hacerse apalear. Pero sus lapsus de concentración deben desaparecer si no quiere ser víctima de la lapidación sumaria que ya se ganó este año fallando en uno de los goles encajados en San Siro. Se redimió en la vuelta colgándole las orejas de burro a Motta.
Touré. Marginado. 8. Circulan abundantes teorías para explicar por qué este todocampista ha jugado casi 1.000 minutos menos que Busquets o Keita. Guardiola le achaca una cierta anarquía táctica pero a penas ha cometido fallos que supusieran goles; además, puede echar una mano en defensa y en todas las posiciones del centro del campo. Si se marchara, habría que montarle un partido de homenaje en que Dimitri Seluk y Borat prepararían un discurso dedicado a Guardiola. Y que nadie olvide, por cierto, que se va por dinero, algo de lo que habría en abundancia de no haber sido por Henrique, Cáceres, Keirrison o Hleb.
Xavi. Sabio. 9. Un año más ha recordado que lleva cosido a las botas el paladar del Barça. No ha mantenido su nivel excelso de la pasada temporada pero apareció cuando el equipo le necesitaba: desde el Bernabéu en adelante. La renovación hasta 2016 que le ha regalado Johnny Lapotra es seguramente el más plausible de los disparates cometidos por nuestro desequilibrado presidente desde que entró en su faseteletubby.
Keita. Cerebral. 7,5. Al principio de año recordó por qué en su día le arrebató el premio al mejor jugador de un mundial sub 20 a Xavi y Ronaldinho. Pero su mayor virtud no está en el área contraria, sino en su sabiduría para cubrir las espaldas al personal y usar la cabeza para conseguir la victoria. Imprescindible en cualquier equipo que se precie.
Iniesta. Añorado. 6,5. Tal vez deberíamos haber intuido que alguien con su buen carácter, su fragilidad y su duende podía esconder a un deportista de cristal. Su anunciado duelo con Kaká esta temporada ha emulado un Éibar-Sestao de los de toda la vida. Es tan bueno que emociona a cada aparición, pero es demasiado joven para que ya echemos de menos al niño pálido que había de ser Balón de Oro y que este año ha logrado un solo gol, los mismos que Puyol o Thiago.
Firmo Albert Martín y nací en Barcelona en 1980. A los cuatro años hablaba de fútbol y estoy atado a las miserias de este equipo desde 1987; los insultos de mi padre y mi tío a once tíos de azulgrana que perdieron 1-2 ante el Sabadell me hicieron 'culer'. Recuerdo confusamente que un día llegó Cruyff y convirtió el suplicio en arte y aquel club oxidado en hoguera de vanidades. En plena pesadilla gaspartiana vi desde Lisboa un Madrid-Barça que La Banda ganó 2-0 con gol de Judas. Luego murió Kubala y comprendí que había llegado la hora de hacerme socio. Para entonces ya sólo podía ser periodista y me acogieron en 'El Mundo', donde publiqué 'El callejón del ocho'. Después me fui a 'Público'. Durante décadas, el Barça implicó lágrimas, culo prieto y miedo a cruzarse con un kiosco. Pero nos quedaba una profecía por cumplir y se sucedieron Ronaldinho, Xavi y Messi para aclarar que éramos 'foda'. Un día de invierno me encontré con que mi Caverna había sobrevivido a mi diario y perdí ciertas vergüenzas: no me importa ya reconocer que sueño fútbol casi todas las noches.
Postdata: Aún tiro caños y no olvido una cosa que escribió Hornby: "La única diferencia que hay entre ellos y yo estriba en que yo he invertido más horas, más años, más décadas que ellos, y por eso comprendo mejor qué sucedió aquella tarde".
9 Comentarios
You must be logged in to post a comment Login