FCB: Furia, cólera y bilis
Hablamos de un equipo que está en el primer año de su...
John Terry tenía 24 años la primera vez que el barcelonismo vio sus ojos crueles. Era el ambicioso jefe de un equipo vigoroso y eléctrico que contraatacaba con saña a las órdenes de Mourinho; las otras piedras angulares del equipo eran Lampard y Drogba. Impulsados por la incompetencia eterna de Gerard López, aquel Chelsea antipático de Abramovich dejó fuera de cuartos al Barça, pero fue eliminado en semifinales de la máxima competición mundial.
Un año después, Ronaldinho y Eto’o se cobraron entonces su venganza y les eliminaron. Y a pesar de los millones de libras que un verano tras otro el predecesor del Tito Flo metía en el mercado, la Champions siguió resistiéndoseles en 2007: el Liverpool volvió a echarles en los penaltis. La gran oportunidad para los blues llegó en mayo de 2008. Empataron a uno la final jugada en Moscú frente al United. En la tanda decisiva, John Terry, que por entonces no se entretenía acostándose con las mujeres de sus compañeros, falló el penalti que les habría dado la gloria en uno de los resbalones más patéticos que ha visto el fútbol. Era 2008 y aquello parecía suficiente para hundir de por vida las aspiraciones de aquella generación única.
Pero en 2009 volvieron a presentarse en semifinales con el modelo de siempre: defensa cerrada, músculo en el centro del campo y transiciones -cada vez menos rápidas, el tiempo no pasaba en vano-. Cuando ya olían la final, Andrés Iniesta logró el gol de su vida para llevar al Barça a Roma. La cara de Ashley Cole tras ese tanto era impresionante: aquel chut del Ángel Exterminador fue el único del Barça en un partido que el Chelsea tenía ganado. El suplicio siguió para los londinenses y en 2010 se cruzaron con el ansia ganadora del Inter de Mourinho, Eto’o y Milito; no sobrevivieron. En 2011, con el proyecto en clara decadencia, cayeron contra el United en cuartos de la competición que se ha convertido en su gran obsesión.
Y aquí estamos, en 2012. Eliminatoria a vida o muerte contra unos italianos que cuentan con dos goles de ventaja. El Chelsea les doblega con un 4-1. Entre los goleadores, Drogba (34 años), Terry (31) y Lampard (33). Son la última legión. Su historia es trágica y su rencor, temible.
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