Mundial

‘Vintage’

19 junio , 2014

Por algún motivo el ser humano se regocija feliz ante la visión de un bebé y se resigna fastidiado ante las arrugas de un anciano. Por oscuras razones el ser humano prefiere lo nuevo a lo de siempre. Júzguense, si no: ustedes llevan dos temporadas vibrando más por el inminente aterrizaje de Samper que con las cargolades eternas de Xavi. Ustedes han soñado más con la eclosión de Deulofeu y Rafinha que con la eficacia probada de Alexis e Iniesta. 

A esa tendencia ayuda el márketing con su locura por vender lo último y los medios en su pelea por un click más. No hace falta que les recuerde la cantidad de porquería que nos hemos tragado en los últimos años por esas razones: Lalas, Denilson, las botas de colores, Saviola, Alfonso Pérez, Nakata, esas camisetas apretadas, Davids, Beckan, los balones ultraligeros con efectos antinaturales, el Ronaldo de después de su segunda lesión, Ibrahim Ba la mierda ésa del se viene y hasta el horror del doble pivote.

En esta noche en que el mundo no alfabetizado se ha dado cuenta de que se acabó la era de una generación, nos parece oportuno elogiar el placer de lo vintage. Pirlo dio la otra noche una exhibición de cómo se ensoñoreaban sobre el campo los grandes futbolistas del pasado, cuando corrían lo justo y tenían tiempo para ponerla donde querían. Pero lo más vintage de este maravilloso Mundial no es un barbudo anciano superclase, sino un rasurado pánzer teutón de 24 añitos. Thomas Muller, auténtica metalurgia germana, suma ya ocho goles en los Mundiales. Los consiguió con botas negras y celebrando como antaño, con más gritos que aspavientos.

Muller es un tío imprevisible que ha llegado a ser extremo pese a sus 1,85 metros de altura y que cuando ejerce de nueve causa estragos por sus desmarques y el magnetismo de esas tibias sin espinillera. Muller difícilmente logra gestos artísticos y es difícil verle celebrar nada con la grada. Pero no se pierdan su fútbol. Tiene el encanto de los insecticidas -eficacia probada- y el genuino sabor del futbolista de los años 70. Háganse un favor y viajen con él en el tiempo; para profundizar en la estupidez postmoderna ya trabajan Floren, el nuñismo y los jeques del planeta fútbol.

3 Comentarios

You must be logged in to post a comment Login