Neonuñismo

30 millones

2 febrero , 2022

El amable lector ha entrado a este mi agujero con la mueca furibunda del espectador que pide sangre en una pelea de simios. El entrañable lector hará una lectura rápida en diagonal para tratar de discernir si aquí el cavernario se inmola y cosecha una nueva querella a su amplio palmarés. No será así, nuestras disculpas. Pero pese a no saber nada y a la intención firme de no incurrir en injurias ni calumnias ni en lesionar honor de, en fin, esos bípedos, hay cosas que sabemos y que no vamos a callar.

La principal es que sabemos dónde no faltarían jamás 30 millones, sustraídos a lo largo de muchos años de calamitosa gestión o presunto y desvergonzado robo. Nunca jamás de los jamases faltarían de la empresa de Bartomeu, ni de ninguno de esos jerarcas. ¡Ay, si un directivo poco observador hubiese metido la mano en la caja, o hubiese trincado de no sé qué proveedor, o hubiese hinchado aquella factura! Nunca, mai de la vida de déu! Mecagon Jesús a la creu, que ens ho vol robar, el fill de puta, habría chillado la señora de los galets ante la genuflexa y atormentada señora de la limpieza de la cofia. Y no hablamos de 30 millones de euros: ¡Ni mil euros, que ens foten el pa de la boca aquests morts de gana!

Nunca. Jamás.

Pero ah, el Barça. El Barça es otra cosa. Para empezar, el Barça era suyo. O eso le han enseñado al nuñismo desde la cuna. Con los años aprendieron una dura lección: de pronto, ¡mierda, el Barça ya no era suyo! ¡Era de los putos cruyffistas, que saben más, les gusta más y encima van y ganan y dejamos de ser un Sporting de Gijón lleno de esforzados Ablanedos varios para ser los putos Lakers! Y claro, este descubrimiento, Champions a Champions, es doloroso y tiene un profundo efecto psicológico, que se resumiría así:

-O sea que no es nuestro. Y no sólo no es nuestro: es que encima es de ellos.

Ay, la carne es débil, y fecunda la imaginación, y cara la vida, pero cuánto miedo dan los jueces, que hasta el bueno de Josep Lluís fue al trullo, pero vols dir, tira que ja ens ho taparan els nostres, no deixaran que això se sàpiga, però home que ens estem passant, i allò d’aquest és una bogeria, que si ens foten un forensic, què forensic, que el Gaspart amb el que va arribar a fer i res de res li van treure. 

Y fue así, desde la desidia, la vagancia y la siempre presunta cleptomanía, como un club de referencia en el mundo pasó a tener todos los exactos atributos de un equipo de mierda, un equipo hecho de retales, parches, casquería y niños, muchos niños. Veremos cuántos años de vda tardamos en reponernos de este tercer embate del nuñismo, veremos en qué acaba la cosa judicial. Pero está bien, de entrada, que como pueblo seamos de los que no aceptan el robo como un evento más de la vida. No, mire. Que nos atracara Gerard López, bueno. Y Piqué, joder, que ganó tres Champions. Y el bueno de Koeman, hasta el último eurito se merece. Pero la ley de la indulgencia futbolera no abraza a los presuntos de corbata y atril.

Porque otra cosa sabemos: lo que nos han robado, a nosotros, a los que nos gusta esto de una manera que nunca entenderán, vale mucho más que 30 millones.

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