El Dios del Fútbol (VIII): Asombros

El Dios del Balón, el mejor de siempre, se caracterizó por hacer maravillas de antología varias veces cada tarde, tres veces por semana, puntualmente. Lo hacía con prosa desnuda y sin adornos, tan lejos de los virgueros brasileños de toda la vida, pero su frugalidad era sabia: cuando veías a Messi, comprendías la cantidad de cosas que nunca serías capaz de hacer.  Nos atreveremos hoy con un ránking de proezas que no volveremos a ver, porque fueron obra del más grande.

10. Un control que nadie en ninguna galaxia, ni dimensión espacio tiempo podrá emular. Inexpicable.

9. Una asistencia irrepetible. Ese pie zurdo, con más sensibilidad y alma que muchas culturas en pleno, tiene una cumbre de la finura. No recordamos nada igual.

8. El no-gol que no olvidaremos. Pudo ser esta locura al Levante, pero en justicia, gritamos más con esta barbaridad de La Joven Bestia Desencadenada.

7. El penalti-indirecto. En un partido que explica el delirio que fue el tridente con Neymar y Suárez, La Bestia homenajeó a Cruyff y a la historia del fútbol. Johan aún vivía y no pudimos ser más felices.

6. El caño, la venganza de los que reciben patadas. Un gol para pitar el final e irse a casa.

5. Una combinación irrepetible. Messi y Alves jugaron juntos.

4. La curva de Dios. Fueron decenas sus proezas de falta. En unas semifinales de Champions, a ese portero. La gran belleza, que fue el gran naufragio.

3. Un acto de voluntad. En una final en el Camp Nou, con ese rival. Messi abandonó las leyes que rigen en el planeta y durante unos instantes fue incorpóreo, sólo músculos y ambición. Sólo volvió a la tierra con el grito de Alves.

2. Messilina al portero. Aquella remontada. En cualquier otro jugador, éste sería el gol de su vida. En Messi, uno de los diez mejores. Arte.

1. En nuestras vidas todos tenemos alaridos que nos acompañarán para siempre. Éste lo gritamos con el jugador de nuestra vida.

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